Un estudio reciente de la London School of Economics advierte sobre el efecto contrario que tienen los anuncios que pretenden que la gente deje de fumar mediante información negativa sobre el tabaco.
Según esta investigación
el hecho que se hable de lo dañino que es y de todo lo malo que causa no hace que la gente deje de fumar sino que tiene el efecto contrario.
La idea que se quiere dar es que se cambie el tipo de mensajes por los que optan por los efectos positivos que hay al no fumar cigarros, cuando uno deja de hacerlo. Estos mensajes sí tienen el efecto deseado en las personas.
Un nuevo estudio (
www.lse.ac.uk) realizado por la London School of Economics muestra que la publicidad y consignas sobre los daños causados por el tabaquismo hace que sea más difícil dejar de fumar y son, por tanto, contraproducentes.
Es mejor centrarse en las ventajas y beneficios de dejar de fumar que en lo malos que son.
Las políticas de salud pública encaminadas a persuadir a los fumadores a dejar de fumar pueden producir el efecto contrario en muchas personas que también están tratando de acabar con el hábito. Es el resultado de un estudio realizado por la Dra. Sara Evans-Lacko, investigadora de la
London School of Economics, según la cual, estigmatizar el tabaco puede, en muchos casos, hacer que sea difícil de detener, porque
los mensajes negativos inducen sentimientos de ira y de defensa y dan lugar a una caer en la auto-estima.
Los resultados, publicados en la revista Social Science & Medicine, revelan que los estereotipos negativos acerca de fumar luego terminan girando en contra de las intenciones con las que fueron diseñados, sobre todo cuando se trata de campañas de salud pública. Este es uno de los anuncios más polémicos que salió en Francia que trata del tema de forma un tanto irónica para que los fumadores tengan sensación de “ser tontos”:
En esta investigación se han examinado más de 600 artículos y publicaciones para dejar de fumar y también las opiniones de miles de fumadores.
- El 30-40% de opiniones eran de desaprobación por parte de los miembros de la familia, además de la sensación de “ser socialmente inaceptables” por el hábito de fumar;
- Otro 27% dice que siente “un trato diferente” a causa de su ser fumador.
- Un 39% se considera “menos querido” porque fuma, un estigma que es particularmente fuerte sobretodo cuando son los progenitores los que fuman.
- Muchos fumadores han utilizado términos como “leproso”, “marginados”, “malo” y “patético” para definirse a sí mismo y pensando en su “vicio”.
“Debemos centrarnos en la publicidad contra el tabaco y no estigmatizar a los fumadores, sino que tenemos que centrarnos en los beneficios de dejarlo”, esa es la recomendación final de la investigación.