Parece sin embargo que a cuenta del lío de la “trocalidad” nuestros legisladores y las autoridades académicas se van a ir por las ramas del tronco y la especialidad la injertan como un postgrado de la Psiquiatría del adulto. Para cuando los futuros psiquiatras infantiles alcancen a completar su formación lo que, evidentemente, les quedará lejos serán sus años infantiles.
Me animo algo cuando en un “tweet” de esta mañana que cito en la entrada anterior de este blog, la Sociedad de Psiquiatría Infantil federada en la Asociación Española de Pediatría reemprende su perdida andadura de la mano del pediatra gironí (Perdón: ya se que és un catalanismo imperdonable. Pero “gerundense” me parece más de gerundio que de Girona) y amigo Josep Cornellà.
Desde el mes de abril de 2009 en que nos referíamos a éste tema en éste blog, han pasado dos largos años de incuria e inoperancia por decir lo menos, y de intrigas y conciliábulos impresentables entre caciques de la psiquiatría, mandamases y mandamenoses, que durante años han preferido que el cuidado de la salud mental de los niños permaneciera en éste país en un limbo académico y administrativo vergonzante.
España tiene un psiquiatra infantil por cada 75.000 menores frente a la media europea de 1/16.000 y, junto con dos grandes paises europeos como Malta y Croacia, es el único que no tiene reconocida la especialidad, segun nos dice la ESCAP.
A ver si entre todos, le damos el empujón definitivo.
X. Allué (Editor)
(La ilustración la hemos tomado prestada de la web de Tim Hughes, que a su vez la tomó de Private eye. Dice el niño-paciente: “…todo empezó en mi infancia…“, por si hiciese falta recordárselo a los psiquiatras de adultos…)