A vueltas con los parabenes

Por Jmmulet

Como complemento al post que publiqué ayer sobre la moda de la quimiofobia, me parece oportuno reproducir (con permiso, eh) un post de un antiguo alumno (Ignacio Borrás) autor del blog Curiosidad cosmética, uno de los pocos que existe en la blogosfera habla de cosméticos desde un punto de vista científico. El post que reproduzco habla de los Parabenos, dado que estás moléculas, junto con los PCB, están en el objetivo de la mayoría de los grupos de presión y en el imaginario de los quimiófobos. 
Hoy voy a entrar un poco más en detalle en un tema que está causando mucho debate y tensiones entre los usuarios y usuarias de productos cosméticos. Los parabenes. Os suenan, ¿verdad? Hoy en día, los parabenes (methylparaben, propylparaben, butylparaben, etc.) están “mal vistos” por ser considerados artificiales, tóxicos, anti-naturales, potenciales carcinogénicos, etc. Con esto, muchas casas de cosmética han decidido eliminarlos de la composición de sus productos. Bien, ¿son estas moléculas perjudiciales para la salud? El ácido 4-hidroxibenzoico, sus sales y ésteres (parabenes) han sido sometidos a múltiples estudios tanto in vitro como in vivo para evaluar su toxicidad, sus rutas metabólicas, su efecto carcinogénico y estrogénico, etc. Un par de ejemplos: - En el caso de su actividad estrogénica, se obtuvo que en los parabenes era del orden de 3 a 6 veces menor que el 17β-estradiol (control positivo; hormona esteroide sexual femenina). También se observó que dicha actividad se incrementaba con el aumento de la longitud de la cadena. - También se estudió el potencial anti-androgénico de 3 parabenes y PHBA (su principal metabolito) en líneas celulares embrionarias de riñón humano. En este caso, los controles positivos inhibieron 10 veces más a concentraciones entre 10 y 100 veces menores. - Una serie de estudios en humanos no se realizaron por su dificultad para recrear las condiciones reales en las que el sujeto en cuestión adquiere los parabenes de los cosméticos, puesto que también son suministrados de otras fuentes, como por ejemplo, los alimentos. Sí, de los alimentos ingerimos parabenes. Por otro lado, la cantidad de parabenes que es suministrada a un humano es tan pequeña que su metabolito no es detectable, por lo que para poder realizar este estudio, se necesitaban mucha más concentración de parabenes. Hacer esto sería algo ilógico, en mi opinión.  Tras la aparición de nuevos estudios a lo largo del tiempo, el SCCS ha ido adoptando opiniones frente a este popular asunto. A fecha de hoy, parece ser que queda de la siguiente manera: - Methyl- y Ethylparaben son seguros, siempre que no se sobrepase la máxima concentración autorizada (0,4% cuando se usen individualmente o 0,8% cuando se usen como una mezcla de ésteres). - Propyl- y Butylparaben, tras haber sido prohibidos en Dinamarca para el uso cosmético (junto a sus isoformas y sales) para niños menores de tres años, se realizaron nuevos estudios y se adoptó que para productos cosméticos generales, excluyendo los productos específicos para la “nappy area” (zona correspondiente a la que ocupa el pañal en el niño), no había preocupación para la salud en menores de tres años. En el caso de los “leave-on cosmetics” (aquéllos que se aplican y se dejan actuar durante un periodo de tiempo), no se pudo excluir un riesgo en niños de edad inferior a seis meses. Para lo demás, se utilizan de manera que su concentración individual no exceda el 0,19%. - Otros parabenes, cuyo riesgo no pudo ser evaluado por falta de datos. Tras esta opinión, la Comisión Europea va a llevar a cabo dos tareas: - Prohibición de los parabenes cuyo riesgo no pueda ser evaluado. - Nueva evaluación del propyl- y del butylparaben y modificación posterior del Reglamento de Cosméticos. Por otro lado, me gustaría preguntaros algo antes de continuar: ¿Qué pensáis de una serie de cosméticos que han sido usados durante más de veinte años por una gran cantidad de personas, y en ningún caso ha llegado a producir ningún tipo de efecto negativo sobre la piel? A lo largo de veinte años, se pueden obtener efectos tanto a corto, como a medio y largo plazo. Y, en mi opinión, al responder esta pregunta saco un par de conclusiones, aunque sean algo rudimentarias: no es tan fácil formular cosmética, y si en veinte años todos los clientes que hayan podido utilizar dichos cosméticos no han tenido ningún problema, es por algo. Desearía reiterar que la causa de un posible efecto negativo producido presuntamente por un producto cosmético no quiere decir que este problema se deba a la presencia de parabenes en su composición. La experiencia como laboratorio de fabricación de cosméticos, de control de calidad y de elaboración de expedientes de evaluación de seguridad, así como un toxicólogo debidamente cualificado, afirman que cualquier sustancia es tóxica en función de la cantidad/concentración en la que es suministrada. Es decir, hay una máxima concentración permitida para cada compuesto. Pero es que esto abarca cualquier ámbito de la vida diaria, sea en cantidades enormes (en cuyo caso no llama la atención) o no tanto. Es lógico, pero hay que decirlo. Hasta el agua es tóxica. Otro aspecto que quiero volver a comentar es la necesidad de uso de conservantes, tanto en el campo de la cosmética como en muchos otros. En el caso que nos concierne, el uso de conservantes o de principios activos que posean dicha función. En general, la susceptibilidad de un cosmético a ser contaminado por aerobios, mohos y levaduras, y otros microorganismos patógenos o no patógenos, se verá incrementada considerablemente si no lleva conservantes en su composición. Y, aunque en teoría todos los cosméticos que salen al mercado no están contaminados, en este tipo de productos son mucho más difíciles de controlar una vez han sido abiertos y utilizados por el usuario, al entrar en contacto con las manos, el medio… Personalmente, yo prefiero utilizar un limpiador con parabenes antes que con E. coli. Y, para finalizar, también hay que comentar que en una empresa las discrepancias son frecuentes entre un equipo de ventas y uno de I+D+i. Como ya comenté en el otro post, hoy en día se intenta buscar una cosmética que sea llamada “más natural”, “sin químicos”. Pero esto es el márketing. De hecho, es posible que empiece a prohibirse el uso de frases en el etiquetado como “Sin parabenes” o “Sin perfumes” puesto que dan a entender de manera general que un cosmético es mejor por ser así, y esto no es cierto. No tiene por qué ser mejor o peor. Éste es un tema que no se puede tratar en un simple post, es tan largo y abarca tantas opiniones… Y vosotros, ¿qué pensáis acerca de estos conservantes? ¿Deberían prohibirse todos, algunos de ellos, ninguno? ¿Y sobre las posibles prohibiciones de frases como “Sin colorantes”? ¡Os animo a opinar!