Abnegación: ¿Cómo saber qué es lo que necesitas realmente?

Por Valedeoro @valedeoro


[Esta es la quinta parte de mi mini-serie sobre el estoicismo romano y cómo aprovechar sus fundamentos para una vida (no solamente) minimalista. En la primera parte presenté el libro “El arte de la alegría estoica”. Las demás partes presenté técnicas estoicas adaptadas a la actualidad: evitar la adaptación hedonista mediante la visualización negativa, la tricotomía del control, las ventajas de un fatalismo sano, y hoy la abnegación voluntaria.]

Hay dos tipos de abnegación en el mundo de los estoicos. La abnegación activa de buscar incomodidad si pudiéramos estar cómodos sin mayor esfuerzo, y la abnegación selectiva de placeres a nuestro alcance. El primer ejemplo significa hacer algo que no da placer, y el segundo aspecto sería no hacer algo que da placer. Para que no haya confusiones: la abnegación es un ejercicio, no un modo de vida, puede ser útil para tener mayor consciencia sobre las comodidades que tenemos.

Las ventajas de practicar incomodidades voluntariamente

Hay tres formas de practicar incomodidades voluntarias:

  • Séneca recomienda visualizar algo negativo y vivir como si eso hubiera pasado. Él era conocido por vestir con una ropa muy simple y de material incómodo que utilizaba para aprender a vivir a pesar de las innecesarias críticas de los demás.
  • Epicuro utiliza la abnegación voluntaria para examinar qué cosas realmente son importantes en nuestra vida. El reto de las 100 cosas le hubiera encantado.
  • Musonius recomienda causar situaciones negativas en nuestra vida para practicar de esta forma, la abnegación más absoluta. Un ejemplo sería dormir en la calle una noche (estilo “30 días”).

Mientras la idea de analizar qué cosas son importantes para nosotros y cuales no es una gran revelación, la idea de pasar por situaciones incómodas voluntariamente parece menos atractiva. Pero como todos los ejercicios estoicos hay tres razones por las cuales vale la pena intentarlo:

  1. Una vacuna contra un futuro inestable: Si has vivido con 33 prendas entonces emprender un viaje de 6 meses con sólo una maleta será cosa fácil y también podrás sobrevivir en situaciones con problemas económicos.
  2. Tu zona de confort se expandirá: Practicar pequeños retos nos ayuda a crecer y te prepara para el futuro. Si empiezas a das las gracias a la cajera del supermercado todos los días, te resultará menos difícil preguntar a una persona desconocida por una dirección o pedir un trabajo.
  3. Apreciación de tus pertenencias: Después de pasar una semana sin poner la calefacción, tu sistema central de calefacción te parecerá una maravilla.

Renunciar a (una selección de) oportunidades de placer

Una forma más sutil de abnegación es la de renunciar voluntariamente a algún placer que está a nuestro alcance. Se trata de una forma de practicar el control sobre nosotros mismos. No comer aquel helado que te ofrecen, no ir al concierto de cierto grupo a pesar de que todos tus amigos irán. Sirve para probar tu propia fuerza de voluntad y también para evaluar si la actividad era tan importante como pensabas.

En el caso de placeres negativos (algo que sabes que no deberías hacer), la abnegación además tiene su propia recompensa: “si no como aquel helado de nata, entonces me sentiré mejor después (por la intolerancia a lactosa)”, “si no compro este artilugio ahora, al final del mes me encantará el saldo de mi tarjeta de crédito”. No tendré el placer inmediato, pero sí el orgullo de haberme controlado.

Lo que un(a) minimalista puede aprender de los estoicos

Renunciar libremente a algo que te guste o hacer algo que podrías evitar, no es nada divertido. Ir en bus (levantándote una hora antes) es un sacrificio si tienes la moto esperándote en frente de casa. ¡Caray, me resulta difícil hasta utilizar un chorro de agua fría para terminar la ducha (aunque sé que el chorro que sale de la ducha no es tan traumático)! El poder de tu mente es como un músculo, se puede entrenar, y contra más lo utilices, más fuerte será. Así que practicando con pequeñas cosas podrás llegar a ser una persona con pleno control sobre sus pasiones, y por lo tanto, más preparada para enfrentarse a los contratiempos de la vida.

¿Cómo entrenas tu músculo del autocontrol?

Inspirado en el capítulo 7, “A guide to the good life”, Irvine (2009).


Imagen: Sarah Wynne Taylor / flickr


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