El abrazo es la síntesis de todas las caricias y el recuerdo de la unidad de la que todos procedemos. Es también el reconocimiento del otro más allá de su comportamiento, el símbolo universal del perdón y, en una octava más elevada, la muestra de que el sentir es nuestro más grande poder. Como no puedo “abrasarte” físicamente, querido lector, toma como mi abrazo el siguiente vídeo, donde una sola persona es capaz de cambiar el mundo tan solo abrazando
¿Te ha gustado? ¿Sientes ganas de abrazar…por qué no comienzas con quien tengas más cerca…? Si estás solo, puedes imaginártelo… cuando después te encuentres con la persona que has “abrasado”, seguro que se te escapa una sonrisa, que no es más que una forma de abrazar sin tocar.
Los encuentros son algo muy misteriosos si, en vez de pensarlos, los sentimos. El encuentro con un vecino, aparentemente fortuito, lo podemos vivir como mágico, sintiéndole desde nuestro corazón, y dejando que la luz de éste escape por nuestra sonrisa. ¿Por qué desperdiciar la ocasión…? El encontrarse dos personas en un punto del espacio-tiempo, teniendo en cuenta la bastedad de éste, es algo maravilloso, así lo siente Guadalupe Pineda cuando interpreta la canción “Coincidir”: “Tantos siglos, tantos mundos, tantos espacios…y coincidir” ¿Te apetece escucharla…? En este vídeo la podrás ver junto a una espectadora muy conocida: Mercedes Sosa.
Tantas webs, tantos blogs, tanta red…y coincidir. ¿Lo celebramos…? ¡Venga un abrazo…! ¡Ah....y felices encuentros!