Abre la Fondazione Prada en Milán de R. Koolhaas (OMA)

Por Croquizar Fernando Garcia @croquizar

Textos:De la redacción de Croquizar. Decir mucho, en pocas líneasEn base a fuentes libres citadas en el artículo

Un edificio cubierto con láminas de oro y otro construido emulando una operación de restauración anuncian que, en la recién inaugurada Fondazione Prada de Milán diseñada por Rem Koolhaas y su oficina OMA, la arquitectura no es un fondo neutro para una colección de arte que abarca desde John Baldessari a Thomas Demand.

Situado en una antigua destilería de los años 1910, el proyecto introduce una gran diversidad de tipologías expositivas que se articulan con las estructuras existentes en un complejo que se extiende más de 19.000 metros cuadrados. Y es que el proyecto busca ofrecer una “genuina colección” de soluciones espaciales que se añade a la que Miuccia Prada y Patrizio Bertelli atesoran en el campo del arte, con la intención de que cada una pueda “beneficiarse de los desafíos de la otra.” El collage de tipologías y de estrategias de preservación se ofrece como alternativa al seductor, pero anodino, carácter de los espacios industriales abandonados—una versión estilizada y ascética de la omnipresente white box—que, en palabras del arquitecto, “no presenta ningún desafío para las intenciones artista.”

Este repertorio de espacios y palimpsesto histórico adquiere, en su riqueza espacial y programática, un carácter urbano. Una torre, que se abrirá al público en un año, enfatiza esta vocación, dotando al complejo de un papel central dentro de un área bastante desarticulada respecto al centro de la ciudad. Según los arquitectos, dos puertas abrirán el recinto al exterior, con la intención de conectar el complejo en su entorno y dar acceso no solo a los espacios expositivos, sino también a un cine, espacios para talleres, un bar decorado por el cineasta Wes Anderson y una biblioteca, entre otros.

Diversos pavimentos caracterizan los espacios abiertos en los que se encuentran esta diversidad de programas, como otras salas más dentro del repertorio —espacios cuyo carácter menos predecible podría servir para desarrollar las ambiciones del proyecto mediante nuevas formas de observación de la colección y participación en las actividades de la fundación—. El uso que se pueda hacer de todos estos espacios y relaciones queda en manos del equipo curatorial, que habrá de negociar las múltiples posibilidades que abre el proyecto mediante estrategias igualmente ricas para su ocupación.

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