Abriendo el cajón...pan de aceite

Por Maggie
Cuando era pequeña, vivíamos justo enfrente de un mercado. Siempre he acompañado a mí madre a hacer la compra y he de confesar que me encantaba. Ella me ha enseñado como saber cuando las naranjas, mandarinas o limones tienen más zumo, cuando una alcachofa tiene o no pelos en vez de corazón, que judías verdes son las tiernas y así podría seguir con un largo etc, y lo mismo con el pescado, su color, sus escamas.....pues soy de puerto de mar, concretamente de Melilla.
Pues bien, recuerdo que uno de aquellos días, mi madre le comentaba a una señora mayor, que tenía fama de buena repostera, que no sabía ya que hacer para que los bizcochos que hacía le subieran y no que dentro del horno estaban bien altos y al sacarlos se bajaban y le daba mucha rabia. La señora le explicó, muy amablemente, que el secreto estaba en incorporar la harina a mano, poco a poco, y muy lentamente, nada de batidoras modernas (y por batidora moderna se refería a la típica de hacer repostería de dos aspas, con un juego para montar las claras y otro para la harina......¡nada de las de hoy en día!).
Una tercera señora escuchaba la conversación y de pronto dijo como enfadada: "¡Anda que teniendo yo un secreto que haga mi receta la mejor iba yo a decirlo y dejar de ser la única y que me feliciten!" . La señora mayor que hablaba con mi madre se giró muy tranquila y le dijo: "¡Pues muy mal señora!, las cosas están para transmitirlas, de generación en generación, porque lo que no se transmite se pierde, y más aún si es algo bueno!". La tercera señora, medió ofendida, se fue y la amable señora le dijo a mi madre que no se complicara con lo de la harina, que le iba a dar la receta de un bizcocho que no llevaba huevos, por tanto, no había que montar las claras a punto de nieve ni incorporar la harina poco a poco.
La receta que le dio es la del "PAN DE ACEITE" que así la llame yo para diferenciarla del bizcocho de mi madre, porque le decíamos " el bizcocho de la señora". Además de no llevar huevos, con lo cual vale para alérgicos o intolerantes a este alimento, lleva aceite de oliva virgen y nueces, alimentos cardiosaludables y, como estamos en Melilla y el toque árabe de especias no puede faltar, lleva ajonjolí y matalauva (es decir, sésamo y anís) entre otros ingredientes.
Aquí está la receta, que es muy sencilla.
Ingredientes: 2 vasos harina; 1 vaso azúcar; 1 sobre levadura Royal; 1 vaso leche; 1/2 vaso aceite oliva virgen; 1 cucharada ajonjolí; 1 cucharada matalauva; 6 nueces (o las que gusten); pasitas de Corinto (al gusto).
Preparacion: Mezclar los ingredientes secos en un bol. Incorporar la leche y remover un poco y antes de que se absorba toda añadir el aceite de oliva. Mezclar con unas varillas a mano, no cuesta trabajo, es fácil de amasar. Cuando tenemos todo integrado añadir el ajonjolí, matalauva, las pasitas y 4 de las nueces troceadas. Remover para que se distribuyan bien por la masa.
Enharinar un molde de fondo plano y echar la masa. Por encima, adornar con las dos nueces restantes y espolvorear con un poco de ajonjolí y matalauva. Hornear 30 minutos a 175°C. Se puede emplear leche desnatada y/o sucralin, en vez de azúcar, y así lo volvemos casi light, sano, sano y rico, rico.


Hasta aquí lo que nos cuenta mi prima Mar que no se quiere perder el sorteo de mi cumpleblog y nos presenta esta historia (que me resulta muy familiar jejejeje) y esta receta tan rica. Gracias guapa!