Uno de los mayores tesoros de nuestra infancia es el tiempo que pasamos al lado de nuestros abuelos, una figura familiar entrañable que desaparece según nos vamos haciendo mayores y que recordamos siempre por su cariño, su ternura y la calidez con la que siempre nos tratan a nosotros, sus nietos.
Ese fin de semana en la playa, los abrazos de su abuela durante las tormentas del otoño, las salchichas que tanto le gustaban cada domingo, o las reglas que inventaban para jugar juntas. De esta forma, María evita que su abuela esté triste y la ayuda a recordar que tiene una familia donde ella es el nexo de unión, y que todos van a apoyarla para que siga recordando los buenos momentos y todo el amor que la rodea.
Paul Russell nos trae uno de los cuentos ilustrados más bonitos que hemos visto en mucho tiempo y estamos seguro de que le encantará tanto a padres como a los hijos. Además, creemos que es una lectura muy recomendada para todos aquellos niños cuyos abuelos tienen problemas de memoria, para entender mejor como funcionan enfermedades como el Alzheimer y la pérdida natural de memoria por el avance de los años.
¿Qué te parecen este tipo de libros? ¿No es estupendo que se proporcione a los niños una herramienta para empatizar con la historia de otra familia con los mismos problemas?