En otra entrada de blog llamamos la atención sobre los matrimonios infantiles forzados ocurridos entre ciertas minorías étnicas de nuevos inmigrantes de origen en el Oriente medio.
Parece como si prácticas sociales ancestrales tuviesen su origen y ocurrencia entre culturas que actualmente tenemos demonizadas, como la del Afganistán, tierra de burkhas y guerra, el peor agujero del mundo y donde el esfuerzo bélico de las organizaciones internacionales (OTAN y ONU), supuestamente benéficas, sólo ha hecho empeorar las cosas.
Pero los abusos de menores suceden en todas partes, más o menos encubiertos (En el mismo periódico un par de días después se publicaba la absolución de un hombre de 64 años que había tenido “relaciones sexuales consentidas” con una adolescente de 13 años) o atribuidos a celebridades como el difunto Michael Jackson o los clérigos católicos.
La distancia cultural está sólo en el ojo del observador.
X. Allué (Editor)