¿Eres de los que crean nubes de polvo blanco cuando te pasas la mano por el pelo? ¿Cansado de quitarte esas molestas partículas blancas de encima de tus hombros?
Si has respondido que sí a una de estas dos preguntas es muy probable que sufras caspa en tu cuero cabelludo. En otras palabras, padeces un mal capilar producido por la presencia de un hongo que favorece la acumulación de pequeñísimas células muertas de color blanco.
Uno de los mejores remedios populares para lucha contra la caspa es el jengibre. En forma de infusión externa, esta raíz estimula la circulación del cuero cabelludo y mantiene la caspa bajo control. Para ello, prepara una infusión de jengibre (añadiendo a un vaso de agua una cucharada de las ralladuras de la raíz) y aplícatela en el cabello a modo de enjuague, para aclarar con agua abundante pasados unos minutos.
Otra solución parecida consiste en preparar un “champú” casero a base de vinagre de sidra, desinfectante natural que nos ayudará a eliminar el hongo generador de la caspa. En este caso prepararemos la infusión de forma parecida al caso anterior, pero añadiendo un poco de sal y limón al preparado.
Si eres de los que le molestan el mal olor del vinagre, puedes probar a usar el mismo remedio pero partiendo del zumo de manzana. Para ello debes preparar un jugo o licuado de manzana con el que te vas a frotar el cabello de forma normal, como si de otro champú acondicionador se tratara. Aclara con agua después de unos minutos.
Otra loción que puedes preparar a modo de anti-caspa es una infusión de ortiga y tomillo. Mezcla a partes iguales dos cucharadas de cada una de estas hierbas por vaso de agua y deja que hierva, consiguiendo así una infusión natural con la que te podrás lavar el cabello de forma similar a como se ha explicado hasta ahora.