Aceptar la realidad…

Por Mbbp

Ayer tuve una interesante conversación con un jóven emprendedor sobre la vida y, sobre todo, la aceptación de la realidad. Ahora entiendo el sentido de nuestro encuentro y reflexiono sobre él. No es fácil aceptar la realidad, acostumbrados como estamos a huir de ella haciendo planes, programando nuestra vida diaria, teniendo expectativas distintas a ella o dedicándonos a invertir nuestro tiempo corriendo de un lugar para otro sin parar con una sonrisa artificial o bien estimulando sin descanso nuestro cerebro y nuestros sentidos con Internet, juegos, TV, lectura, etc. A veces hay que tener el valor de parar para ver la realidad, pues sin ella es imposible la felicidad!

Y es que, en nuestro mundo loco, consideramos normal no parar, ir huyendo siempre hacia adelante y no mirar a nuestro alrededor. Y, como suelo afirmar, “si vas tan deprisa, la felicidad nunca te alcanzará”. Tal vez porque la felicidad de verdad tiene poco que ver con esa otra felicidad para la que nos educaron, que consiste solo en consumir, ya sea tiempo, etapas, productos, salud o simulacros de amor y felicidad! La felicidad de verdad casi siempre está escondida en los mismos lugares por donde transitamos deprisa y sin parar. Es, tal vez, ser capaces de disfrutar de las mismas personas, momentos y lugares de siempre, pero con valentía, tranquilidad y viviéndolos intensamente desde el corazón cuando llegan, cada uno desde su magia, su singularidad y su irreversibilidad.

Pero sí, nos cuesta ver y aceptar nuestra realidad. Y sin ella uno no puede amar ni ser feliz! Podrá organizarse la vida bien, aprovechando los momentos buenos que llegan y obviando esa parte de la realidad -interior o exterior- que nos incomoda. Podrá incluso convencer a los demás de su presunta felicidad, aunque su mirada profunda le delatará. Pero, mientras haya lagunas en su realidad por aceptar, eso le impedirá ser feliz, de verdad. Hay que tener valor para parar! A veces hay que saber y poder encontrar la manera y, sobre todo, el momento… aunque de eso, no lo dudes, te avisa siempre el corazón! Aunque tal vez es el corazón también el que te invita a parar, porque él desea darse por completo, incluyendo su plena realidad… Y eso no tiene otro nombre que amor, de verdad… a ti, a quien amas y a la vida plena que luego empezarás a vivir y compartir, de verdad.

Etiquetas: amor, felicidad, vida