Aceptar y cambiar

Por María Jesús
Aunque parezca contradictorio la aceptación y el cambio puede que sean las dos caras de la misma moneda. Habrás oído muchas veces que la gente no cambia y no es verdad. El cambio es connatural a la vida, nada permanece constante, nosotros tampoco, todo fluye.
Lo normal sería que a lo largo de tu vida tus ideas, tus emociones, tus pensamientos cambiaran pues la vida es un proceso de aprendizaje. Sin embargo puede que vivas inmerso en una rigidez mental y emocional que no te permitan evolucionar ni ser feliz.
A veces las personas dicen que no pueden o no quieren cambiar porque creen que si necesitan cambiar es porque ahora no son aceptables y esto no lo pueden consentir. Por eso es posible que la aceptación sea el principio del cambio.
La aceptación es consecuencia del conocimiento de uno mismo y también del amor. Implica amarse en la debilidad y en todo aquello que es carencia y que por tanto es connatural al ser humano.
Si nos aceptamos y estamos abiertos al cambio seremos menos críticos con nosotros y con los demás. Tendremos más facilidad para perdonar y pedir perdón. Tendremos amigos que puedan decirnos la verdad porque nos quieren.
En caso contrario nuestras amistades serán superficiales y basadas en el halago fácil. Nuestra vida también será superficial porque no nos atreveremos a profundizar en el conocimiento propio.
La aceptación de la realidad y de cómo es uno mismo conlleva una gran flexibilidad que permite sortear con más facilidades las vicisitudes de la vida y mejora las relaciones con los demás. Por tanto produce más bienestar, paz y en definitiva felicidad.