Acerca del uso de medicamentos

Por Luistovar


En ocasiones me preguntan acerca de si ser éticamente coherente con el veganismo significa no poder usar medicamentos porque estos medicamentos fueron experimentados en animales durante su obtención. ¿Es acertada esta suposición? Pienso que no lo sería, por varias razones que expondré a continuación.
Sin embargo, antes de nada, debo aclarar que en este texto no argumentaré sobre la moralidad del uso de animales porque esto ya fue discutido en un ensayo anterior. Aquí parto de la conclusión de que utilizar animales para propósitos científicos es inmoral —así como para cualquier otra finalidad. De igual modo, tampoco discutiré acerca de si este uso es "necesario", útil o beneficioso. Este último punto no es relevante siquiera para la cuestión que aquí planteo. Parto de la base de que este uso puede ser necesario, útil o beneficioso; de acuerdo a la opinión actualmente predominante en la comunidad científica. Si bien, esto no significa que dicho uso sea imprescindible o irremplazable para el progreso científico.
Mi tesis consiste en defender la idea de que el hecho de que los animales hayan sido explotados para investigación médica no significa que no sea moralmente correcto consumir medicamentos que tuvieron alguna relación con dicha investigación. Entiendo que esto sería análogo a, por ejemplo, proclamar que no debemos beneficiarnos de los avances culturales de la Antigüedad porque en esos avances estuvo directamente involucrada la esclavitud humana. Creo que esta objeción no tiene sentido. Aprovecharnos de ese beneficio en el contexto actual no significa apoyar la explotación de seres humanos que estuvo implicada en su obtención o promover de algún modo la explotación de seres humanos.
Asimismo, el consumo de medicamentos no demanda la explotación de los animales. El uso de animales en la ciencia es una decisión de los científicos; no de los consumidores. Se trata de un contexto diferente al consumo de productos de origen animal como carne, lácteos, huevos, miel, lana,..., que son productos comercializados debido a su demanda por parte de los consumidores. Si consumimos estos productos sí que estaríamos apoyando, financiando y promoviendo la explotación de los animales.
Para analizar este asunto con más claridad podemos llevarlo al contexto humano.
Antes de que prevaleciera la doctrina de los Derechos Humanos, se utilizaban de forma rutinaria a seres humanos en investigaciones médicas sin su consentimiento. Uno de los motivos por los que el uso de animales no humanos en investigación comenzó a crecer tanto a partir del siglo XIX fue debido en parte a que se abolió la esclavitud humana y se prohibió legalmente utilizar a seres humanos como sujetos forzados en experimentos. Sin embargo, empresas y gobiernos siguieron efectuando veladamente experimentos en humanos sin su consentimiento hasta épocas muy recientes, tal y como atestigua el caso Tuskegee, entre otros.

Uso forzado de seres humanos para investigación médica que luego beneficiaría a otros humanos


Desde el punto de vista estrictamente científico no habría nada incorrecto en aquella práctica. Era una actividad que beneficiaba el progreso del conocimiento médico sobre la fisiología humana; lo cual beneficiaría a muchos humanos. Esas prácticas sólo serían condenables desde el punto de vista moral. No hay diferencia esencial con lo que sigue sucediendo actualmente respecto de los animales no humanos utilizados en el ámbito de la ciencia. La única diferencia sería la especie. Pero la especie no es más relevante que la raza o el sexo como criterio de discriminación moral.
Pienso que si alguien defiende seriamente que no debemos beneficiarnos del resultado de la investigación médica por haber estado involucrado en ella el uso de animales, entonces, por coherencia, debería rechazar cualquier beneficio obtenido por la investigación médica dado que la medicina que tenemos en la actualidad es parcialmente el resultado del uso de seres humanos como sujetos forzados en experimentación. Por no hablar de otras prácticas abusivas en las que los investigadores han estado implicados.
Curiosamente parece que no ha habido ninguna controversia moral acerca del uso de resultados de los muchos experimentos médicos en los que estuvo implicado el uso forzado de seres humanos. Sólo en el caso de experimentos realizados por los nazis a mediados del siglo XX se forjó una polémica acerca de si sería ético usar los datos obtenidos por los investigadores que habían utilizado a seres humanos sin su consentimiento y para experimentos nocivos. La polémica ha continuado hasta la actualidad y, aunque algunos defendieron que no era ético usar dichos datos, la mayoría de autores argumentan a favor de permitir el uso de esos resultados dentro de ciertos límites [1 , 2], que es coincidente con la tesis que yo defiendo aquí respecto del uso de los resultados en investigación científica que hubiera utilizado animales.
¿Si se hubiera encontrado la cura del cáncer utilizando a seres humanos de manera forzada esto significaría que estamos moralmente obligados a rechazar el beneficiarnos de dicha cura? No. El hecho de negarnos a recibir esa cura no repara el daño ni previene que se cometa el mismo crimen. Beneficiarnos de esa cura no apoya la explotación de seres humanos. Lo mismo se aplica cuando se trata de medicamentos que fueron experimentados en animales no humanos.
En el contexto actual, pienso que lo que deberíamos hacer para oponernos a la experimentación con animales y conseguir terminar con ella es:
  • Explicar por qué el uso de animales es moralmente condenable: [1] , [2] , [3]
  • Promover técnicas de investigación que no impliquen utilizar animales: [1
  • No consumir en lo posible productos de empresas que financien la experimentación en animales y que utilicen sustancias de origen animal en dichos productos. Me refiero concretamente a productos de limpieza y aseo: [1] , [2]
La gran mayoría de medicamentos no proviene de animales ni contiene sustancias de origen animal, salvo algunas excepciones. En el caso de que fuera así, deberíamos tratar de evitarlos en lo posible porquen este caso  estaría habiendo una demanda de explotación animal.
En última instancia, los abolicionistas queremos eliminar el uso de animales en la ciencia, y cualquier otro ámbito, pero conseguir este objetivo a nivel social y legal es inviable si antes no logramos que la mayoría de la población comprenda y apoye dicho objetivo y se comprometa con él. Y esto sólo se consigue de manera ética y efectiva mediante la educación vegana.
De todos modos, incluso si beneficiarnos del resultado científico de la experimentación animal fuera moralmente objetable, el argumento de la necesidad que podría excusar el consumo de medicamentos —en tanto que fuera necesario para mantener la salud— no se puede aplicar al hecho de consumir productos de origen animal otros ámbitos como la alimentación y la vestimenta. No tenemos necesidad de comer animales o de vestirnos con trozos de sus cuerpos.
Alguien puede excusar el consumo de medicamentos alegando que es necesario para curar un trastorno o enfermedad y tener buena salud; pero el consumo de productos de origen animal como carne, lácteos, huevos, miel, lana, cuero, piel —y todo aquello que proviene de animales— no se puede excusar apelando a la necesidad en ningún sentido razonable. No necesitamos utilizar a los animales para alimentarnos ni para vestirnos. El uso de animales para alimento, vestimenta y entretenimiento sólo se pueda explicar apelando a la costumbre y el placer; no a la necesidad. El uso de animales en la ciencia es el único uso que se podría defender de alguna forma razonable desde una perspectiva de la necesidad —aunque esto no lo justifique moralmente.
Por último, entiendo que quien pretenda cuestionar la coherencia de los veganos respecto del uso de medicamentos debería antes de nada dejar de hacer daño a los animales por placer y por costumbre. Si reconocemos que los animales poseen un valor moral entonces no debemos vulnerar sus interes por motivo de placer o tradición o comodidad. Quien tenga alguna preocupación moral por los animales debería comenzar por dejar de utilizarlos para comida, vestimenta y entretenimiento, para ser coherente con esa preocupación moral. De lo contrario, las objeciones al respecto resultarían meramente en un simple ejercicio formal que carece de interés para quienes deseamos detener la injusticia contra los animales.
En cualquier caso, si alguien piensa que hubiera algún error en esta argumentación, puede exponer sus observaciones en la sección de comentarios; siempre de forma razonada, está de más decirlo.