Acidez, reflujo ácido, úlcera y hernia de hiato

Por Yoisasi

Bart Simpson: Ejemplo a no seguir si queremos tener un estómago sano.

‘El efecto de los ácidos gástricos…sobre el recubrimiento del esófago es como darse un baño con el agua que rebosa de las baterías de los coches’. Michael. D. Gershon, MD, The Second Brain, 1999.

Existen cantidad de nombres para describir nuestras molestias estomacales y sus síntomas son muy similares: ardor de estómago o de pecho, indigestión, acidez, reflujo gástrico, gatritis,úlcera, hernia de hiato…
Todos estos nombres y algunos más provienen de un mal común: comida que no nos ha sentado bien que hace que el sistema digestivo se vea forzado y no sepa por dónde empezar con tanta comida desequilibraba.

Veamos los efectos de esta acidez que suele ser por causa de que tenemos los niveles bajos de ácido clorhídrico en el estómago, aunque puede ser por todo lo contrario (altos niveles de ácido):
- Eructos y flatulencia.
- Gases y ventosidades olorosas.
- Capilares rotos en mejillas y nariz y acné.
- Sabor metálico.
- Ardor en el pecho (pirosis) o dolor en la parte alta del pecho.
- Fatiga.
- Flora intestinal deteriorada.
- Parásitos intestinales, candidiasis.
- Náuseas después de comer o de tomar algún suplemento.
- Picor en el ano.
- Anemia.
- Quedarse muy saciado y pesado después de las comidas.
- Intolerancia a algunos alimentos.
- Restos de comida en las heces.
- Uñas débiles, partidas y agrietadas.
- Hongos.

Aquí vemos cómo el esfinter no se cierra y permite al ácido ascender hasta la tráquea creando acidez.

El ácido clorhídrico tiende a disminuir a medida que nos hacemos mayores. Pero hay gente que suele tener todo lo contrario, es decir,  una gran acidez sobre todo después de las comidas con regurgitaciones de ácido y a ésto se le llama reflujo gastro-esofágico, esofagitis (inflamación del esófago) o simplemente ardor. Este reflujo ácido tiene lugar cuando el esfínter esofágico interior no se cierra bien y hace que el contenido ácido del estómago retroceda hacia la tráquea. Este esfinter en condiciones normales siempre está cerrado menos cuando tiene que pasar la comida.
Las personas más propensas a este reflujo son las embarazadas, obesas, fumadores, los bebés (ya que su esfinter no está todavía desarrollado y, por eso, en sus primeros meses de vida tienen tendencia a regurgitar hasta que su sistema digestivo madura) y las que tienen hernia de hiato. Los síntomas son muy claros:
- Ardor en el pecho.
- Sabor amargo ya que el ácido clorhídrico va en dirección contraria hasta la faringe (garganta).
- Eructos, la comida repite.
- Voz ronca ya que el ácido puede irritar la laringe y además nos cuesta respirar.

ÚLCERA
La úlcera péptica es como una llaga que aparece cuando los jugos gástricos se ‘comen’ un punto del recubrimiento del tracto digestivo. Así, tenemos la úlcera gástrica (afecta a todo el recubrimiento gástrico), la úlcera de duodeno y la úlcera de esófago. El recubrimiento del estómago se destruye lentamente corriendo el riesgo de hemorragias internas, vómitos de sangre, sangre en las heces, perforación o cáncer de estómago. La excesiva producción de ácido gástrico es el que erosina el recubrimiento gástrico.
Una bacteria causante de todas las úlceras es la Helicobacter pylori, que se instala entre la pared intestinal y la mucosa y hace que podruzcamos más ácido. La H.Pylori es una bacteria muy inteligente ya que se oculta (se esconde) para no ser atacada o destruida por el ácido clorhídrico como sucede con otras bacterias que llegan al estómago.
Se ha demostrado que esta bacteria puede cogerse en la juventud al llevar una mala alimentación o bien contraerse de un portador. La infección está presente en la saliva y en las heces. Y este bichito puede instalarse en nuestro cuerpo para siempre. Hay casos que una vez nos contagiamos no se suele desarrollar la úlcera y los síntomas pueden aparecer cuando nuestras defensas estén bajas y en otros casos los efectos aparecen rápidamente y puede desembocar en una gastritis y más tarde en cáncer de estómago.

Grupo de H.pylori amotinado a sus anchas en nuestro estómago y destrozando nuestra salud.

Las personas infectadas por la H.Pylori pueden segregar seis veces más ácido de lo normal pero también se han dado casos de que esta bacteria inhibe la producción de ácido gástrico. Es muy importante cuidar nuestra higiene personal lavándonos las manos después de trabajar o de tocar animales domésticos y cepillarnos los dientes unas dos veces al día ya que la placa dental puede almacenar esta bacteria para luego dirigirse al estómago. Creo que hoy en día todos sabemos que la aspirina y todo medicamento que lleve ácido acetil-salicílico pueden originar una úlcera al igual que los fármacos antiinflamatorios no esteroídicos. Veamos los síntomas que son muy parecidos a los otros malestares estomacales:
- Ardor.
- Diarrea.
- Dolor al comer (úlcera de estómago).
- Dolor abrasador.
- Dolor por la noche.
- Dolor en los omoplatos.
- Dolor que aparece entre dos y cuatro horas después de comer (úlcera duodenal).
- Náuseas.
- Vómitos.
- Regurgitación de algo oscuro.
- Heces de color negro.
- Cansancio, piel blanca, mareos o debilidad.

Aquí recomendaría una alimentación sin salicilatos, es decir, exenta de cítricos, albaricoques, dátiles, fresas, frambuesas, arándanos, tomates, grosellas, pasas, higos, vinagres, cafeína, embutidos y productos en salmuera. De todas maneras más adelante explico más consejos nutricionales.
MEDICACIÓN
Los antiácidos como el hidróxido de aluminio, las sales de magnesio, el carbonato cálcico que suelen recomendar nuestros ‘expertos de bata blanca’, son sustancias alcalinas que neutralizan el ácido pero a la larga traen efectos secundarios como flatulencia, diarrea (los antiácidos que contienen magnesio) o estreñimiento (los que contienen aluminio). También suelen recetar protectores de estómago que contienen también hidróxido de aluminio. La histamina estimula la liberación de los ácidos gástricos, por tanto, y para más inri, también recetan antihistamínicos como la cimetidina y la ranitidina que bloquean su acción pero que producen efectos secundarios como dolores de cabeza, mareos, boca seca, sarpullidos, estreñimiento, diarrea y fatiga, además disminuyen  la absorción de nutrientes y no son recomendables combinarlos con medicamentos para el asma o anticoagulantes.
Luego además tenemos el omeprazol, lansoprazol y pantoprazol que detienen por completo la secreción de ácido pero nos crean náuseas, estreñimiento, diarrea, dolores cabeza, mareos y las proteínas no serán digeridas al igual que tampoco absorberemos otros nutrientes (desnutrición).
Si nos confirman que tenemos en nuestro cuerpo a la Helicobacter pylori seguro que ya para rematar nos recetarán antibióticos, así que ya tenemos todo un arsenal. Pero debemos saber que todos estos medicamentos estan ocultando los síntomas ya que no van a la raíz, es decir, no nos curan la condición y además nos causan otros desagradables efectos secundarios. Y seremos propensos a más infecciones, recaídas y tendremos que volver a tomarlos. Es un círculo vicioso que no tiene fin. Además pueden esconder nuevos síntomas de otras enfermedades.

‘En el mundo del médico que-lo-sabe-todo, los pacientes son una molestia o unos tontos que, aunque viven cada día dentro de sus cuerpos, no tienen ninguna opinión que valga la pena sobre sus propias dolencias. Su enfermedad se llama ‘síndrome de la mente cerrada’ y su síntoma más destacado es la arrogancia’. K. Marsden, 2003.
Así que lo mejor sería hacer un cambio importante en nuestra alimentación sabiendo qué alimentos nos perjudican y cuáles nos benefician:

La leche fue remedio contra las úlceras. Nada más tomarla calma pero cuando la leche llega al estómago estimula la segregación de más ácido y es como echar litros de líquido caliente sobre una herida abierta, causando más dolor y agravando la úlcera.

- Antiguamente uno de los antiácidos que se recetaban era la leche (los médicos han llevado muchos años recetándola para los estómagos con úlcera y esófagos llagados). Actualmente se sabe que la leche de vaca lo que hace es aumentar la producción de ácido en el estómago. Por tanto, además de otras razones, sería ideal eliminar por completo la leche de vaca y sus derivados. Y pensar que hace unas pocas décadas nos aconsejaban beber leche en las comidas principales…yo aún no sé cómo todavía sigo por aquí…
- Hay  que evitar los cítricos (limones, naranjas, mandarinas, pomelos…), ciruelas y ruibarbos. El más problemático de todos es el zumo de naranja. Además es importante dejar el vinagre (ojo con el vinagre de manzana, también produce acidez), aliños preparados y todo lo que contenga ácido cítrico o el E330 que es lo que suele poner en las etiquetas. El tomate envasado también induce a una mayor producción de ácido. Y por favor, ojo con los naturópatas que recomiendan aceite de oliva con zumo de limón para la gente que tiene reflujo ya que es como meter el dedo en la llaga.
- Empezar a hacer buenas combinaciones de alimentos. Así, por ejemplo, es mejor no mezclar frutas con hidratos de carbono (en esta condición tenemos que evitar las frutas) y si estamos en una fase muy delicada no mezclar hidratos con proteínas en la misma comida.
- Debemos reducir el consumo de grasas ya que las grasas tardan mucho en digerirse y retrasan el vaciado del estómago y además demandan mucha cantidad de jugos gástricos.
- Masticar bien, ser conscientes de la masticación. Algunos engullen y tragan en vez de masticar.
- Evitar cebollas, ajos, solanáceas (patatas, pimientos, berenjenas, tomates, guindilla, pimentón y tabaco), frutas tropicales (piñas, plátanos, papaya, kiwis…), especias picantes como el chile ya que agravan el ácido, menta, alcohol (la cerveza y los licores aumentan más los síntomas que el vino) y cafeína (café, té y refrescos de cola). Comidas envasadas, fast-food, sopas envasadas, el azúcar (y todo producto que lo contenga), endulzantes y cereales refinados incluyendo toda la bollería industrial. Evitar el exceso de proteína animal y tabaco que generan una superproducción de ácido en el estómago reduciendo la frecuencia de vaciado e impidiendo que el esfinter esofágico trabaje como toca.
- El estrés también es causa de niveles altos de ácido en estómago al igual que llevar ropa apretada.
- El ejercicio regular elimina la presión del abdomen, mejora la función digestiva y perderíamos unos kilos que aquí sería lo idóneo.
- Como antiácidos naturales tenemos el olmo que calma al estómago, el silicium que forma una capa protectora sobre el tracto digestivo y el extracto de milenrama. Pero personalmente yo sigo recomendando el Kuzu (más info en ‘Regeneración Intestinal con Kuzu’) y a veces una taza de ume-sho-bancha (umeboshi, tamari y té bancha). Si vuestro naturópata os ha recomendado arcilla blanca que sea de buena procedencia y superfina y disolverla en medio vaso de agua tomándola siempre fuera de las comidas y no abuséis de ella.
- No cenar tarde. Es mejor irse a la cama tres horas después de haber cenado.
- La desviación de la espina dorsal puede ser la causa de reflujo ácido.
- Levantar la cabecera de la cama unos diez centímetros pero no poner otra almohada debajo de la otra ya que tiende a presionar a la espalda y desalinearla mientras se duerme y crea rigidez en el cuello. Es mejor poner una cuña en las dos patas delanteras de la cama.

HERNIA DE HIATO
Quiero explicar más detalladamente esta enfermedad para que veáis que tiene mucha similitud a las acideces y reflujos. Hay bastante polémica médica porque no saben si primero aparece la hernia y luego la acidez o primero la acidez y luego la hernia. Aquí no hay quien se aclare. Pero para eso estoy, para aclarar conceptos, mitos y todo tipo de desinformación.
Hernia significa protuberancia anormal de un órgano fuera de la cavidad donde se halla normalmente encerrado. Hiato siginifica abertura o grieta. Así que la hernia de hiato es una proporción del estómago que se introduce en la cavidad del tórax a través del diafragma y es una de las principales causas de ardor. Puede a la larga provocar daños muy serios aumentando el riesgo de cáncer de esófago. Pero también hay gente que teniendo hernia de hiato nunca ha tenido síntomas y lo descubre cuando se hace una exploración por otro motivo. La más común es la hernia deslizante que es cuando una parte de la pared del estómago y la parte inferior del tubo del esófago invaden la cavidad torácica creando una presión hacia arriba empujando el ácido y/o la comida sobrepasando el esfínter esofágico y apareciendo el ardor y el reflujo ácido. A veces las hernias pequeñas suelen pasar desapercibidas y son más difíciles de detectar pero igualmente expelen litros de ácido.
Veamos cuáles son las causas, los síntomas y los remedios:
- Desviación de la espina dorsal que tensa el diafragma y aumenta la presión. Tenemos que mejorar nuestra postura, dejar de ir con los hombros encogidos, hacia delante y chepados. Llevemos los hombros hacia atrás y hacia abajo, abramos el pecho y tengamos una postura erguida. Muy importante cuando caminemos ser conscientes de nuestros pies, que vayan paralelos al andar y dejemos de caminar como patos con los pies hacia afuera.

Bollería industrial: Azúcares refinados, grasas hidrogenadas, aditivos y vacía en nutrientes.

- Comidas grasas y con grasas hidrogenadas, refinadas, basura, con poca fibra, dietas sin nutrientes con ingredientes manipulados cargados de grasa, azúcar y aditivosque estimulan el exceso de producción de jugos gástricos forzando al estómago a subir hacia el diafragma.
- Especias, cafeína, productos elaborados con harina blanca, cereales refinados y azúcar, comidas y productos envasados.
- Embarazo.
- Estreñimiento  que somete a mucha presión a los músculos abdominales. Un colon lleno de excrementos antiguos crea presión en abdomen y estómago.
- Alcohol y tabaco.
- Sedentarismo.
- Prendas ajustadas, respiración superficial (respirar sólo con el tórax), debemos aprender a hacer respiraciones profundas, lentas y constantes (pranayama).
- Sobrepeso y tono muscular bajo. Debemos fortalecer el tono del diafragma haciendo suaves abdominales para disminuir el reflujo ácido; activarnos haciendo algún ejercicio suave como Yoga o Tai Chi; y caminar pero nunca correr ya que agrava el reflujo ácido.
- Dificultad al tragar.
- Regurgitación de ácido por la noche.
- Ardor, reflujo ácido y ulceración de esófago.
- Dolores de espalda, pecho, hombros y parte alta del abdomen.
- Sangrado gastrointestinal.
- Hígado saturado. La bilis ‘sucia’ irrita la digestión sometiendo presión al diafragma. Debemos mantener una función hepática buena para mantener el pH estable del intestino ya que actuará como desinfectante natural y generará una flora intestinal sana. En otra ocasión ya comenté que el cardo mariano (Silybum marianum) regenera las células del hígado produciendo nuevas y además tiene propiedades antioxidantes.
- Exceso de líquido en las comidas. Es importante no beber agua en las comidas ya que al cargar el estómago llenándolo de excesivo líquido generará regurgitaciones.
- Estrés. El exceso de preocupaciones y estar en tensión todo el día tensa los abdominales, ralentiza la digestión, estriñe y lo más importante en este caso es que retrocede el ácido hacia el esófago.

Espero que este extenso artículo haya ayudado a la cantidad de gente que últimamente me pregunta por estos malestares estomacales que crean bastante confusión ya que sus síntomas son muy similares. Voy escribiendo sobre diferentes temas dependiendo de lo que me vais consultando y así tener información suficiente para ser conscientes de que todo problema tiene solución y si no hay solución es que no hay problema, este es mi lema.
Salud y Buenos Alimentos Alcalinos.
Yo Isasi.
Louis Hay. Veamos la parte emocional de esta dolencia.
Gastritis: Incertidumbre prolongada. Sentimiento fatalista.
Úlceras: Miedo. Convicción de no valer lo suficiente. ¿Qué te carcome?
Acedía: Miedo, miedo, miedo. Temor.