¿Que no sabes de qué hablo? Pues de un juego muy divertido en el que yo os propongo cada mes dos recetas, una dulce y una salada, típicas de una región italiana y que escojo, con mucho amor, de mi libro de cocina regional italiana. A cambio, las valientes que quieren participar dedican su tiempo a cocinar una o las dos recetas y de paso aprenden algo nuevo de la gastronomía de Italia, ¡que no todo son pizzas y macarrones! ¿Fácil no? ¿Pues a qué esperas para apuntarte? Tienes las instrucciones aquí.
Después de un parón de tres meses no quería empezar "a lo bestia" así que me decidí por una propuesta salada muy muy fácil. Os diré que a mi me ha sorprendido...
Ingredientes: 300 g tomate; 6 rebanadas de pan casero; 1 cebolla roja; 1 cebolla blanca; 40 g parmesano rallado; 8 hojas hierbabuena fresca; aceite; sal; pimienta.
Preparación: Pelamos los tomates (unos 6-8 pequeños), le quitamos las semillas y cortamos la carne en daditos pequeños. Pelamos las cebollas y las cortamos en tiras finas.
En una cacerola ponemos el tomate, la cebolla y las hojas de menta junto con una cucharada de aceite y rehogamos todo durante 45 minutos a fuego suave y removiendo de vez en cuando. Cuando está listo yo lo he triturado todo con la batidora para que me quede como una salsa espesa.
Yo he preparado el plato en dos cazuelitas de barro individuales. En el fondo ponemos tres rebanadas de pan, por encima añadimos la mitad de la salsa de tomate y cebolla y cubrimos con la mitad del queso parmesano rallado. Para redondear (aunque la receta original no lo pone) yo les he dado un toque de grill en el horno durante 5 minutos.
¿A que es supersencilla? Y es que l'acquacotta (literalmente, agua cocida) es un plato que pertenece a la tradición rural de la región de Umbria, que es la que visitamos este mes, y está hecha de pan y tomate, "pobres" materias primas que dan lugar a un plato sabroso y nutritivo.
Como siempre, os dejo la receta original que, en esta ocasión, he modificado en cantidades y un poquito en el procedimiento.
Y ahora vamos con nuestras participantes, que son las verdaderas protagonistas. Lo que me ha encantado es la diversidad de propuestas, lo que demuestra que la imaginación en la cocina no tiene límites. ¡Gracias por estar ahí y jugar conmigo!
¡Pues hasta aquí el reto de este mes! Atent@s porque volvemos el mes que viene con una nueva propuesta igual de rica...¡o más!