Conviene recordar que los valores son más decisivos que los colores. Se soporta mejor una libertad en cuanto a los tonos, incluso muy lejana de la realidad, que una falsa valoración, que quita relieve y vida al tema. Los verdes que se obtienen con gris Payne o con negro de humo, mezclados con amarillo, son bastante expresivos y poco pintureros. Con índigo y ocres o amarillos anaranjados se pueden sacar verdes profundos y untuosos. A partir del azul prusia y cadmios, tenemos verdes intensos, luminosos, tropicales, tanto como apagados salen con el ultramar. Las mezclas a partir de azul cerúleo pueden ofrecer verdes primaverales, con matices turquesa, aunque tal vez menos transàrentes. Eso simepre que sea un pigmento de calidad, pues si es malo resulta una pasta con blanco en su composición, que todo lo cubre y enturbia.
Habrá que hacer una entrada dedicada a los verdes, en tintas y acuarela. Queda pendiente. Por lo pronto, aquí se muestran las pruebas.