Adicciones y auto-juicio

Por Saludconsultas @SaludConsultas

Se ve atrapado en un ciclo autodestructivo que causa mucho dolor y la inmovilización. Es un ciclo que muchas personas están atrapadas. El ciclo negativo empieza con alguna forma de auto-juicio.

Se ve atrapado en un ciclo autodestructivo Adicciones y auto-juicio


“Soy un fracaso. Yo en realidad nunca a nada.” “He cometido tantos errores que nunca podré recuperar mi vida de nuevo y vovlver a poner en marcha.” “Me he quemado otra vez – nunca voy a perder este peso.”


Auto-juicio

Auto-juicio es lo opuesto a la auto-aceptación. Es lo opuesto a ser una especie de confianza adulta amorosa contigo mismo. Auto-juicio es una forma de control: el yo herido espera que al juzgarse a sí mismo que puede conseguirse a cambiar y hacer las cosas “bien”. Pero el resultado real de auto-juicio es el dolor. Tu Niño Interior es en el dolor de ser maltratados emocionalmente por el auto-juicio.

Como para muchas otras personas, este dolor lleva a actuar con conductas adictivas – comer en exceso, beber demasiado, y el tabaquismo. Se utiliza estas adicciones para adormecer el dolor de sus pensamientos auto-abusivo. Luego, cuando se despierte la próxima sensación día cernía sobre y se ha ganado una libra, pero hay que superarse a sí mismo de nuevo:. “Soy un idiota, No tengo auto-disciplina que había decidido dejar de beber y me eché a perder. Sólo soy un bobo inútil. No es de extrañar que mi esposa se divorcie de mí. Yo ni siquiera debería estar en el planeta “. Así se sigue causando el dolor que lleva a la conducta adictiva, continuando el ciclo autodestructivo: auto-juicio – dolor – la conducta adictiva – auto-juicio – dolor – la conducta adictiva, etc. Este ciclo será no cambiar hasta que el comportamiento que lo activa – auto-juicio – realice cambios.

Sin embargo, se suele estár profundamente adicto a la auto-juicio también. Todos tendemos a hacer adicto a todo lo que nos da una sensación de control sobre nuestros sentimientos, acciones, y el resultado de las cosas. Se cree que juzgarse a sí mismo en última instancia, le dará el control que se quiere. Sin embargo, el resultado real es la impotencia y la desesperación.


¿Cómo se puede cambiar esto?

Con el fin de desplazar este ciclo, se necesita cambiar su intención. Tienes que cambiar su enfoque de control a la bondad. Tienes que convertirte en un amoroso confiable adulto contigo mismo – un tipo de adulto que es fiable consigo mismo. Se tiene que aceptar, con profunda compasión, su juicio, adictivo. En vez de juzgar a sí mismo para juzgar a sí mismo y para comer, beber o fumar, además tienes que llegar a sí mismo fuera del gancho. Tienes que reconocer que la parte que juzga, bebe demasiado, come demasiado, y fuma es un daño, asustado del niño herido o adolescente que aprendió pronto la manera de evitar el dolor. El dolor original vino de su padre crítico y abusivo, pero ahora viene el dolor de tratar a sí mismo como su padre lo trataba.

Mientras su ser herido es el encargado, continuará este ciclo doloroso. Cuando se mueve en la aceptación de su yo herido, es cuando comenzará a tratarse a sí mismo en la forma en que siempre deseó que su padre se lo tratara. Su yo herido se muere por la bondad, la compasión y la comprensión. Por ello se le aconseja que se centren en su bondad para con su propia herida. La mayoría de nosotros sabemos lo que la bondad se parece. Sabemos cómo ser amable con los demás cuando queremos serlo.


Si tú has pasado gran parte de su vida siendo amable con los demás y tratando de conseguir que otros sean amables contigo, en lugar de centrarse en ser amable contigo mismo. No importa lo que otros tipo son para ti, si tu está latiendo para ti mismo con tus auto-juicios, así seguirás siendo en el dolor y actuar de modo adictivo para evitar el dolor. Toda la bondad en el mundo de los demás no puede aliviar el dolor que causa de su propio auto-juicios.

La amabilidad hacia uno mismo es una opción de momento a momento. Cada vez que sentimos que no sea la paz y la alegría nada, es porque no estamos pensando y comportándose de manera que sean amables con nosotros mismos.