Primero levantamos las cejas; de esta manera arrugaremos la frente. Respiramos tranquilamente mientras mantenemos la tensión durante 5 o 7 segundos.
Repentinamente soltamos la tensión. Durante un minuto percibimos la diferencia entre un estado tenso y uno relajado en la zona de las cejas y la frente.
Vamos soltando poco a poco las tensiones de una forma progresiva y nos relajamos por completo. Repetimos el ejercicio el número de veces que nos apetezca, con calma. Un consejo, en vez de levantar las cejas, podemos cerrar los ojos enérgicamente.
Durante la realización de este ejercicio mantenemos el cuerpo tranquilo y relajado. Nos olvidaremos de los músculos faciales, y nos concentramos exclusivamente en la frente.
Después de unos pocos meses de práctica las arrugas se alisaran o hasta desaparecerán por completo. Pero, tanto si se nota mucho como si no, lo cierto es que la circulación sanguínea de nuestra frente mejorará.