Adolph Gottlieb y la intuición de lo desconocido

Por Chemasenra @chemasenra
«A mi juicio, existe una llamada abstracción que no tiene nada de abstracción. Todo lo contrario, es el realismo de nuestro tiempo». En ello pensaba Adolph Gottlieb en los años cuarenta, delante de sus lienzos. El expresionismo abstracto americano disponía una pauta perfecta y un punto de partida para todos aquellos artistas que trabajaron a principios del siglo XX. Y Gottlieb, junto con otros artistas (en concreto, el grupo The Ten) quienes reavivaron el gusto expresionista en el nuevo continente en los años 30 del siglo pasado.
Adolph Gottlieb nació en Nueva York en 1903 y ya muy joven decidió ser artista. Sus viajes por Europa buscando la formación necesaria para lograr su sueño, lo llevaron a vivir en París, Berlín, Múnich, Viena, Dresde, para regresar a Nueva York en 1924. Es a su regreso a Estados Unidos, en una época marcada por el periodo de entreguerras, cuando Gottlieb traba amistad con Mark Rothko, representante del Colour Field (ligado al expresionismo abstracto americano).
Es esencial la idea que tiene Gottlieb del artista como líder y creador, sobre todo teniendo en cuenta otras asociaciones de artistas que propugnaban los diseños en serie del artista dejando a un lado el individualismo propio de las Arts & Crafts. Su capacidad de liderazgo fue tal que ayudó a organizar la Federación de Pintores y Escultores Norteamericanos en 1939. De espíritu rebelde y contestatario, fue el principal organizador de protestas que llevaron a designarlo a él y sus amigos como “los irascibles” en los años cincuenta. Al estilo de los primeros movimientos pictóricos en Europa, Gottlieb junto con su colega Rothko redactaron los objetivos esenciales de su estilo pictórico, el expresionismo abstracto, en los años 40, estableciendo una base teórica para su creación artística.
Su primera exposición individual en 1930 y su arte fue objeto de 34 exposiciones individuales en su vida, incluyendo una exposición retrospectiva organizada conjuntamente por el Museo Solomon R. Guggenheim y el Museo Whitney de Arte Americano en Nueva York. Y es su arte una plasmación de las inspiraciones tribales, sentimientos y sensaciones, influencias de otros artistas, como su más que declarada hacia Joan Miró. Pero fue sobre todo el primitivismo artístico y pictórico lo que más huella dejó en la obra de Gottlieb, quizás porque, en sus propias palabras, entendía la gran impronta histórica que habían dejado en la vida de la humanidad. Los sentimientos y las sensaciones básicas del ser humano. Para ver su obra, haz click aquí.