Advierten sobrediagnóstico del Déficit de Atención

Por Mundotlp @MundoTLP
Con frecuencia se confunde el Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), alertó Pamela Espinosa Méndez, psiquiatra infantil de la Secretaría de Salud


Pamela Espinosa Méndez, psiquiatra infantil de la Secretaría de Salud, alertó que con frecuencia se confunde el Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), al ver a un niño que es travieso, latoso o con mucha energía, por lo que según estudios recientes, existe un sobrediagnóstico.Los niños pueden ser inatentos, hiperactivos o impulsivos y no padecer TDAH; sin embargo, para el diagnóstico se analiza la intensidad y la frecuencia de estos síntomas, explicó la especialista en la revista Ciencia y Desarrollo del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).“Deben alterar la funcionalidad del individuo, es decir, su rendimiento en dos o más ámbitos de su vida, ya sea escolar, laboral o social y principalmente, no debe ser causado por ningún otro problema médico, alguna droga o problema psiquiátrico”, explicó.La experta detalló que el Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad es a nivel neurobiológico, que se origina en la infancia; implica una alteración en la función cerebral encargada de planificar, organizar y llevar a cabo tareas complejas por largos periodos.Explicó que son varios factores los que causan este padecimiento; sin embargo, se sabe que hay una serie de factores genéticos y ambientales que lo propician.“Los síntomas son falta de atención, hiperactividad e impulsividad, no todos los niños con TDAH manifiestan los mismos síntomas ni con la misma intensidad”, explicó.Luego, estableció que “en la escuela, por ejemplo, si ven a un niño latoso o que habla mucho dicen que tiene TDAH, pero su actitud puede deberse a que tal vez el niño tenga falta de límites, problemas de ansiedad u otros, por ello se debe hacer una valoración clínica”.La evaluación, indicó, debe incluir aspectos tales como la presentación predominante de la falta de atención, que se puede identificar cuando al niño se le olvidan las tareas, la lonchera, el suéter o se distrae con facilidad.Además, dentro del aspecto de la hiperactividad y la impulsividad encontramos al típico niño que no espera su turno, interrumpe en clase, tiende a decir cosas fuera de lugar y lastima a los demás.Otro aspecto se conforma por la combinación de la inatención con hiperactividad e impulsividad. Todos estos síntomas deben presentarse con alta intensidad y frecuencia”, mencionó.Le experta consideró que a los seis años se puede empezar a hacer el diagnóstico; sin embargo, “no existe algún estudio específico que indique si un niño tiene TDAH, por eso lo primero que hacemos es identificar las señales de alarma.“Por ejemplo, que el niño presente dificultades para permanecer sentado, su conducta es poco respetuosa, molesta a sus compañeros, pasa de un juego a otro constantemente, es desorganizado, se salta las hojas de los cuadernos, tiene bajo rendimiento académico, entre otros”, detalló.Al respecto, advirtió que si no se trata el TDAH también se puede combinar con otros trastornos o derivar en otros.Por ejemplo, al no ponerle límites a los niños, o no hacer caso a los síntomas puede evolucionar a un trastorno negativista, que es una conducta oposicionista, desafiante, desobediente y hostil, que se da mucho en la adolescencia.Al mismo tiempo, puede evolucionar a lo que se conoce como trastorno disocial, que se caracteriza porque se presentan conductas distorsionadas, destructivas y de carácter negativo, además de transgresoras de las normas sociales, en el comportamiento del individuo, por eso es que en la cárcel se dice que hay muchas personas que tienen TDAH mal diagnosticado en la niñez.También se pueden presentar trastornos del sueño. De ahí la importancia de acudir con un especialista, subrayó.Fuente: meridiano.mx

http://elmundotlp.blogspot.com/es