Una mudanza siempre nos supone un gran estrés, pero variará en función de su dimensión, ya que no es lo mismo una mudanza de una oficina que de barrio o de país. El estrés que nos produce la mudanza variará según sea de cambio de oficina, de barrio, de ciudad e incluso de país.
Ya sabemos que solo el hecho de mudarse genera romper con unos hábitos, un modo de vida y unas costumbres que en determinados casos puede llegar incluso a generar ansiedad en la persona.
A la hora de los preparativos para la mudanza hacemos un recorrido por nuestra vida, ya que son muchos objetos antiguos que recuerdan a determinados momentos vividos, por lo que debemos ser fuertes mental y físicamente para desmontar una casa y montarla en otro lugar.
Si tienes niños pequeños la mudanza puede ser algo más difícil. Debemos tenerlos preparados algunas semanas antes y convencerlos para que colaboren en la medida de lo posible con sus cosas.
La clave para no ser todo un desastre nuestra mudanza es la organización. Así evitaremos que tengamos un estrés desmedido. Además, debemos hablar mucho con la familia para digerir bien el cambio de vida sin sentir agobios y adaptarnos mejor.
Todo esto siempre con buen humor…¡si te lo tomas así te irá mucho mejor!