En el artículo de hoy iremos más allá de la famosa coletilla de «passivhaus» que se puede añadir a viviendas muy bien aisladas, y hablaremos del beneficio de las casas pasivas en cuanto a la buena conservación de la construcción y aquellos puntos interesantes desde el punto constructivo que aportan mejoras tecnológicas frente a la construcción tradicional.
Las características de una vivienda pasiva van más allá del aislamiento. ¿Sabías que una vivienda pasiva no tiene apenas calefacción? Cuando la construcción está bien diseñada desde los puntos básicos de orientación, aislamiento y ventilación; y aún por encima está estéticamente bien obtenemos como resultado el combinado perfecto. Tengamos en cuenta el punto de vista estético como una función más de la arquitectura, que en algunas ocasiones se pierde, dando protagonismo a otros aspectos innovadores, que desmerecen la arquitectura con mayúsculas, si es que eso existe.
Los puntos constructivos más interesantes de una construcción sostenible como las certificadas con la etiqueta passivhaus son aquellos que permiten el control más extremo de las condiciones de temperatura y humedad interior. De esta manera, tenemos por una parte los aislamientos pasivos en la envolvente (en toda la envolvente, cimentación incluida!), la estanqueidad de los huecos, y por otra parte el control de la ventilación interior (renovación de aire y pequeños aportes de calefacción o refrigeración utilizando energías renovables)
Para llegar al objetivo establecido para que una vivienda se considere pasiva y se pueda certificar debe alcanzar estos criterios (los que define el estándar EnerPHit):
- – La calefacción anual requisito de 25 kWh / (m 2a)
- – La demanda total de energía primaria no superior a 120 kWh / (M2A)
- – La frecuencia de la temperatura interna excesiva (> 25 ° C) debe limitarse a un máximo de 10%
- – Renovaciones de aire por hora ≤1.0 @ n50
Pequeños detalles, grandes ahorros
Coge un lápiz de color e imprime los planos. Este método fiable para detectar puentes térmicos es visualizar gráficamente el edificio. Al examinar los planos de planta, los planos de secciones y planos detallados, se observa si hay alguna interrupción en el aislamiento exterior. Primero, marque de color la posición actual de las capas de aislamiento instalado. Después, compruebe en qué puntos la línea de color que rodea el edificio está interrumpida. Estos son puntos débiles en los que se pueden producir puentes térmicos. Finalmente, estudie minuciosamente si es posible evitarlos estructuralmente. En caso de que no sea posible, busque soluciones que los minimicen en la medida de lo posible.
Cuando hablamos de carpinterías eficientes en cuanto al ahorro energético hablamos de unos valores de transmitancia térmica U de las ventanas que deberían estar entre 1,0 y 1,5 W/(m2 K) en toda la ventana (considerando cristal, marcos y sus puentes térmicos propios), con un coeficiente de ganancia de calor superior al 50%. En el contorno de los huecos y en aquellos puntos donde cambia la composición de la envolvente debemos de considerar el estudio minucioso de cómo resolver esos puentes térmicos. Se trata de un requisito previo en las viviendas pasivas que asegura que la superficie interior no se degrada por la condensación de la humedad del ambiente.
En siguientes artículos hablaremos sobre la ventilación y los métodos activos y pasivos de renovación de aire en el interior de una vivienda pasiva. Atentos a la etiqueta «passivhaus» y «passive house» de este blog.