Agua pasada no mueve molino

Por Mbbp

Continuación…

Te diré mi secreto para reencontrarme con mi intuición, mi conciencia o mi Alma, no lo sé, pero sin ánimo de darte clases sobre la vida. A menudo el día a día me come, como a ti. Y me mantiene distraído de mi interior, obligándome a gestionar mi día a día concreto y cotidiano. Y eso, no me tranquiliza, sino que va almacenando mi preocupación e incertidumbre en mi mente, haciéndome sentir incómodo, cabizbajo o frágil ante las cambiantes circunstancias. Es entonces cuando necesito distanciarme de la situación cotidiana y ver las cosas desde arriba en el hoy, con perspectiva. A menudo puedo hacerlo en mis momentos conmigo mismo, durante mis escasos ratos libres, en el día a día. En otros, sin embargo, necesito aislarme y, en estos casos, suelo pasear sólo y, si tengo ocasión, recurro a la Naturaleza.

Paseando frente al mar, por un jardín o un bosque, medito sobre mi vida y lo que pasa en ella. Y, sobre todo, siento! La observación de la Naturaleza nos permite abstraernos de la realidad concreta, sentir intensas emociones y fijándonos en sus fenómenos (las nubes, el sol, las estrellas, la luna…) podemos encontrar la perspectiva necesaria para comprender nuestra vida, sentir su plenitud y su verdadero e inmutable sentido! Las cambiantes nubes, la singularidad de cada día que llega, la especificidad de cada momento nos enseña a contemporizar lo que vivimos y hallarle su explicación… y hasta entender sus leyes universales! En la Naturaleza todo es cambio permanente y cada instante tiene su propio y profundo sentido, desde el nacimiento de una simple flor hasta el paso de las estaciones y de los años!

Esta práctica, lo reconozco, me ayuda a encontrar sentido a muchas de las situaciones que enfrento en mi hoy, no siempre fácil, deseado ni cómodo! Y, si aprovecho esos momentos de soledad conmigo mismo, me doy cuenta de que lo único que permanece siempre conmigo es lo que siento en mi interior, llámale conciencia o intuición! Allí y no en otro lugar está la paz que necesito cada día más en mi vida exterior! En mi interior no hay tiempo ni espacios, todo responde a una firmeza y, lo que es mejor, contribuye a mi satisfacción y felicidad! Allí encuentro la paz, el amor y todo el sentido que requiere mi Alma para disfrutar de mi presente y hallarle su profundo sentido a todo lo que pienso, siento y hago en mi día a día!

La vida ordinaria a menudo nos distrae! Pero sin darnos razones ni sentido a lo que vivimos! Y así día a día, uno va notando que se vacía y sin encontrar poderosos y suficientes argumentos para vivir nuestra mejor vida. Esa es para mí una vida a medias, más movida por la inercia, el entorno y lo que se supone que debes hacer, que con un sentido pleno que enriquezca la experiencia de estar vivos y nos permita disfrutar realmente de todo lo que nos rodea! El deber y no el propósito de nuestra vida es lo que guía nuestra vida en este mundo loco, pero ante cualquier leve cambio, ese deber se desploma y deja sin sentido nuestro quehacer diario! Es entonces cuando yo necesito refugiarme en mi interior y, desde allí, observar mi vida desde el corazón, con el que me es posible sentir y vivir mi paz, mi libertad y mi amor!

La verdad es que, cuando aprendes a encontrar todo esa plenitud en el corazón, se hace difícil vivir la vida de otra manera, desde fuera, como una mayoría logran! Es difícil de explicar, pero la vida que entonces vives es plena, gratificante e invita a compartirla! Uno goza amando, compartiendo y viviendo de esa manera, sin esperar nada a cambio, sin que la prisa se interponga en el tiempo necesario y sin exigir nada de la vida, simplemente dejándola fluir, tal como venga! Quizás por eso muchas personas creen de mí que soy un loco, que confío demasiado en los demás, en el amor y en la vida! A pesar de mi experiencia histórica… que la vida se tuerce, confío en ella! Que vuelve a torcerse, vuelvo a confiar! Y aún teniendo muy claro ahora qué desearía en mi vida, lo único que puedo hacer es poner toda mi energía en mi propósito de amor, pero luego dejo que la vida actúe y me lo agradezca, a su debido tiempo! Y, si en el camino pierdo mis fuerzas o mi paciencia, nunca me refugio en el ayer como muchos hacen, sino que intento con toda mi energía mirar con esperanza el presente en mi interior… y encuentro todo lo que necesito para sentir mi Verdad y vivir así la paz y el amor -aunque a veces silencioso o escondido- que hay ahora y siempre en mi vida plena!

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