Iliana es originaria de Valle Hermoso, Tamaulipas. Es Ingeniera Química del ITESM Monterrey, y mientras estudiaba, en ella ó el interés por la industria cosmética. Así comenzó un viaje que la llevó de ser estudiante y emprendedora a tener una empresa que tiene un contrato exclusivo con la tienda de cosméticos más importante del mundo: Sephora
La clave fue encontrar una necesidad no atendida en el mercado mexicano, ya que había una ausencia total de productos de cuidado personal y de belleza que estuvieran libres de ingredientes sintéticos.
Tuvimos la oportunidad de entrevistarla y esto es lo que nos platicó:
Iliana Jayme: Iliana, gracias por esta entrevista ¿Cómo empieza tu interés en la industria cosmética natural?
Iliana Loza: Como estudiante de Ingeniería Química no estaba muy bien visto mi interés en esta industria. Muchos de mis compañeros buscaban oportunidades de trabajo en empresas grandes y transnacionales. Yo sabía que quería ser emprendedora, siguiendo el ejemplo de mi papá y mi familia.
En ese entonces tuve que armar un grupo con compañeros que quisieran cursar esta especialidad porque se había cerrado en años anteriores, y desde ahí empezó la lucha por estar en este sector.
Fue entonces que me di cuenta que todas las formulaciones contenían ingredientes químicos como parabenos y petrolatos, y eso no me gustaba. También de cómo impacta la industria cosmética en el medio ambiente, y del atraso que existía en México hace 10 años respecto de otros países que ya estaban haciendo productos más verdes y sustentables. Me di cuenta que no había ninguna marca que reuniera la salud, sustentabilidad y cosmética
IJ: ¿Como comienza la historia de AHAL?
IL: Después de hacer esta especialidad y de saber el daño de los ingredientes sintéticos a la salud y al medio ambiente, empecé a buscar productos más naturales y orgánicos para uso personal. Y lo único que encontré fueron productos de tipo farmacia naturista que de cualquier modo tenían bases sintéticas.
No me hacía sentido que tuviéramos una tradición y una riqueza inmensa de ingredientes en nuestro país y que no hubiera expertos ni empresas desarrollando esta sabiduría y sus ingredientes.
Empecé a buscar por todos lados, tomando cursos de aceites esenciales, de temazcal, de tradición maya, pero no había un producto de calidad y sobre todo de lujo.
Entonces decidí crearlos por mi cuenta. Comencé haciendo jabones en la cocina de mi departamento, después mi papá me apoyó para poner un taller más grande y mi primer venta fue en un evento al que invité a amigos y familia para platicarles acerca de la cosmética natural y para vender los cientos de jabones que había hecho.
Y así surgió AHAL (significa "despertar" en maya)
IJ: ¿Cuáles fueron los retos a los que te enfrentaste en un principio?
IL: Lo primero fue conseguir ingredientes y materia prima orgánicos, de calidad y en grandes cantidades. En México no había productores orgánicos, siempre tenían algún aceite mineral o petrolato diluido.
Y esa es una gran satisfacción también, porque hoy por hoy hemos podido trabajar desarrollando a los productores mexicanos de ingredientes orgánicos de calidad.
Posteriormente desarrollar un sistema de ventas que funcionara. Comencé teniendo muchísimas distribuidoras y vendedoras, pero mi objetivo siempre fue crear una marca mexicana de cosmética natural de lujo. Y este sistema en sus inicios fue difícil de desarrollar. Tuve que recortar a muchas distribuidoras y quedarme con solo unas cuantas que dieran un excelente servicio/atención al cliente y que realmente pudieran dar esa sensación y experiencia de compra de alto nivel.
Y por supuesto combinar la vida familiar con mi empresa.
IJ:Después de crear una línea exitosa de cuidado de la piel y de maquillaje, con presencia a nivel nacional, ¿cuál fue la historia para llegar a vender en Sephora?
IL: Hace 3 años me convocaron a una junta en la CDMX de parte de Sephora y aunque no sabía exactamente de qué se trataba, yo asistí. Habían varias personas que también habían creado marcas de cosmética natural que admiro y que también han sido muy importantes para mi.
Esa junta era para aplicar al programa "Sephora Accelerate" en el que se eligen cada año a 10 mujeres a nivel mundial que están cambiando la industria cosmética, para darles coaching y mentorías para acelerar sus negocios. En México habían 100 marcas inscritas, después de un viaje a San Francisco y varios filtros quedaron 10 y después de varios filtros más, AHAL fue seleccionada como ganadora de este programa en México.
De esta magnífica relación de ayuda y mentoría surgió la relación comercial que hoy me lleva a vender los productos únicamente en Sephora y en la tienda en línea www.ahal.mx
IJ: Como emprendedora y después empresaria ¿Cuáles dirías que han sido las claves del éxito de AHAL?
Al principio fue la innovación, fuimos punta de lanza y pioneros en la creación de productos sustentables, libres de fragancias, libres de sintéticos, no probados en animales, y 100% hechos en México.
Por supuesto la alta calidad de los productos a precios justos.
El papel de las Redes sociales fue muy importante en la difusión de la marca y en la educación del consumidor, porque hace 10 años no existía este tema, no había la conciencia que hoy existe, y aunque todavía falta camino por andar hemos hecho un trabajo fuerte de concientizar acerca de lo que nos untamos todos los días en la piel.
Y por supuesto, mucho trabajo y mucha pasión.
IJ: Ahora que están festejando el 9 o aniversario de la marca, ¿cómo ves el mercado de cosmética natural en México?
IL: Creo que hay que decir varias cosas, seguimos compitiendo con los grandes monstruos de la Industria que llevan 50 años en el mercado, y que venden productos de alta calidad pero a precios exhorbitantes. El 80% del precio de esos productos tienen que ver con mercadotecnia, branding o empaque, no con el producto en sí. Y esa es una gran diferencia y ventaja que tenemos en AHAL: alta calidad a precios justos.
Por otro lado, veo este mercado como en una etapa de adolescencia, en el que hay mucha pasión pero poca experiencia.
Hay muchas marcas que no tienen investigación, controles de calidad, análisis de estabilidad y microbiología, etc. Y que venden sin seguir regulaciones o estar registrados en COFEPRIS, por ejemplo, o que no siguen buenas prácticas de manufactura.
Y eso se traduce en problemas para el cliente, que inmediatamente relaciona a la biocosmética con baja calidad.
Se está dando un crecimiento pero de manera irresponsable. Y es en eso en lo que tenemos que trabajar, en profesionalizar y elevar el nivel de calidad de la Industria.
Esta fue una plática divertida, constructiva y enriquecedora, en la que Iliana Loza abre su vida y sus historia para compartir momentos de gran éxito y algunos en los que vio al fracaso a los ojos, pero siempre con el objetivo claro y las metas fijas... Los sueños se cumplen si se trabajan.
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