Comentábamos que, claro, lo mismo que matan la vida de los “bichos” las dosis utilizadas, aunque en teoría son demasiado bajas como para hacer daño al ser humano se usan en tal variedad y cantidad que la suma de ellas es lo que está provocando que las enfermedades relacionadas con la contaminación ambiental, mal llamadas ambientales pues en realidad son industriales, como apuntaba alguien en este blog no paren de crecer.
Este abogado además recalcaba la idea de que hoy no se puede fumar en una escuela (ni en ningún lugar público) por los evidentes daños que provoca en nuestra salud el tabaco pero sí se puede fumigar con tóxicos dentro en nombre de la “seguridad” y la “limpieza” de las instalaciones para los niños. Y lo mismo ocurre en restaurantes, hoteles, centros comerciales, oficinas y no digamos ya en el campo.
Esto suele ser legal pese a ser una barbaridad, reprochable desde el punto de vista moral. Luego lo legal y el sentido común no van en muchas ocasiones de la mano. Hace un par de semanas como sabéis los habituales del blog estuve en un agradable pueblo de Barcelona, Vilassar de Mar. Durante toda la mañana y gracias a la organización de Pilar Remiro, una activista que padece Sensibilidad Química Múltiple (SQM), el Ayuntamiento pudo ofrecer a los vecinos y así mismo información sobre las consecuencias de la utilización masiva de productos tóxicos en nuestra vida cotidiana.
Como me comentó el alcalde, ellos no sabían nada sobre todo esto y necesitaban información para luego actuar. El caso es que pocos días después han vuelto a fumigar con plaguicidas algunas calles de su municipio con productos muy tóxicos (he visto la ficha técnica de algunos de ellos).
Se da la circunstancia que justo la última conversación que tuve con Joaquim Ferrer, alcalde de Vilassar, acompañado por Núria Arasa i Rovira, regidora de Salud, fue precisamente sobre la opotunidad de cambiar las fumigaciones con tóxicos por alternativas biológicas o ecológicas, que me consta que las hay y así lo reconoció el edil.
Supongo que las fumigaciones de hace unos días se han hecho porque los contratos con las empresas ya están firmados pero tengo serias dudas que Ferrer y su equipo hayan aprovechado aquella mañana de sábado en la Casa de la Cultura; permanecieron todo el tiempo -y casi siempre con interés por lo que se estaba debatiendo- luego no se qué es lo que no han entendido. Si hay que explicarlo de nuevo se hace.
Este es un ejemplo más de lo que es legal no tiene por qué ser moral ni bueno para las personas. Esto del uso de pesticidas es como matar moscas a cañonazos. Me llegan noticias de un hecho similar que sucede desde hace tiempo en Elche. Como sabéis dicha ciudad acoge un excelente palmeral y como el picudo rojo, un insecto que puede dañar a las plantas, lo invade, cada cierto tiempo se fumiga con tóxicos… para el picudo y para el ser humano. Las palmeras se salvan así del picudo pero ¿y las personas?
En fin, uno de los asuntos de los que hablamos ayer es de hacer protocolos de actuación sencillos para los ayuntamientos. También para los ciudadanos y las asociaciones de afectados, para que sepan cómo actuar si se encuentran de nuevo con una de estas situaciones. Recuerdo que el año pasado la piscina que hay debajo de mi casa se fumigó el día anterior a su apertura con clorpirifos, que según el abogado con el que nos vimos ayer es un tóxico ya prohibido. Estos protocolos serán útiles para que situaciones así no vuelvan a ocurrir.
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