Ajada melancolía...

Por Retroyconencanto @retroyconencant
Nuestra piel vive en un perpetuo otoño (esta frase viene al pelo ahora que estamos comenzando la estación). Y si hemos de destacar algún trozo en concreto de epidermis, las piernas se llevan la palma, y de rodilla para abajo ¡el Oscar de la Academia! ¿Sabéis esos programas del National Geographic en los que salen las llanuras desérticas cuarteadas bajo un sol abrasador? Pues así lucen nuestras extremidades inferiores como no las hidratemos a diario. Parece que no hay tregua posible; sin agua no hay belleza. Y, sin embargo, la misma Naturaleza es capaz de ofrecer otra visión bien diferente, donde lo seco deslumbra y nos arroba con sus mil caras y colores. Nada muere con tanto romanticismo como las hojas al final de sus días, cuando el verdor las abandona y caen hasta crujir bajo una pisada. Aunque también podemos rescatarlas para decorar con su ajada melancolía nuestro hogar.


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Ahora toca esconder las piernas, no así las hojas, que lucen en seco casi con el mismo esplendor que en primavera.