El ajo es un condimento clásico en la cocina en general, y popularizado cada vez más como "Súper alimento" gracias a sus propiedades saludables, llegando a considerarlo alimento medicamento o alimento funcional.
Los hay de diferentes tipos: blanco, morado o negro, así como tierno o largo. Todos ellos tienen virtudes comunes, aunque el rey de los ajos medicinales es el ajo negro, el cual no es más que la transformación del ajo blanco mediante un proceso de control de la temperatura y la humedad constante durante un periodo prolongado de tiempo,
Beneficioso para el sistema circulatorio: Por sus componentes sulfurosos, así como la aliina y el ajoeno, (que le otorgan propiedades anti-trombóticas), resulta muy adecuado para fluidificar la circulación sanguínea, por lo que está indicado para arteriosclerosis, hipertensión, colesterol y hemorroides entre otros.
Ayuda a estimular el hígado, la vesícula y el páncreas, (aunque está contraindicado para los casos de acidez estomacal, dispepsia y hernia de hiato).
Diurético: Favorece la eliminación de líquidos corporales (pudiendo ser una ayuda para perder peso y en las dietas detox).
Bactericida: Por su contenido en azufre es uno de los mejores remedios naturales para combatir procesos infecciosos del aparato respiratorio o digestivo.
Antifúngico: Se ha demostrado que tiene un espectro de acción contra hongos y levaduras nocivas para el cuerpo, como pueden ser algunos tipos de cándidas (candida albicans).
Pero eso no es todo, además de sus propiedades saludables, el ajo (en este caso el blanco) también se usa en algunas tradiciones del arraigo popular:
Amuleto protector. En la antigüedad, el ajo se usaba como talismán-amuleto, considerado favorable para las brujas buenas y adverso para las brujas malignas. El ajo era por tanto una prueba para distinguir una bruja buena de una mala, pues estas últimas ante la visión del ajo o su proximidad, podían fallecer a causa de grandes dolores y desvaríos. Según algunas tradiciones, llevado como amuleto protege de enfermedades y protege la casa de ladrones y agresores. En algunos caseríos todavía pueden verse colgadas ristras de ajos protectores, pero en las ciudades estas costumbres se ha perdido casi al 100%.
¿Y vosotros? ¿os gusta el ajo? ¿Soléis utilizarlo en vuestras recetas de cocina? Estaré encantada de leer vuestros comentarios!!
Besos desde mi blog!!
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