Ajobacalao

Por Lacajita

Este sencillo y tradicional plato me fascinó desde el minuto uno que lo vi entre otros exquisitos bocados en una merienda que organizaron unos amigos malagueños esta pasada Semana Santa, enseguida les pedí la receta y ya me desesperaba el hecho de ver pasar el tiempo y no poder compartirla con vosotros, pero aquí está, mas vale tarde que nunca, bueno a lo que voy, y mas aún me encantó su historia, una historia de abuelas, contada de boca en boca y resistiendo el paso del tiempo gracias a los hijos y nietos que la siguen preparando en sus casas.
Concretamente la abuela de esta amiga, nacida en Vélez-Málaga, cuenta que este plato es originario de allí, se jacta incluso de que es exclusivo, que surgió de la necesidad de un buen desayuno energético para que los costaleros y horquilleros, son los que llevan el "paso" en Semana Santa, aguantaran la larga y pesada procesión sin desfallecer, al no poder comer carne y ser típico el bacalao en esas fechas era el perfecto sustitutivo y con el aporte de la cantidad de pan y la cantidad de aceite que lleva conforman una bomba de alimento.
La receta original lleva el doble de pan y de aceite que la os indico a continuación, con la misma cantidad de bacalao y ésta amiga lo aligera bastante, sin restarle el sabor y la intensidad originario para poder disfrutarlo en cualquier momento sin remordimientos.
Ingredientes: - 250 gr. de pan duro
- 250 gr. de bacalao salado (4 trozos de lomo)
- 150 ml. de AOVE
- 2 dientes de ajo
- 1 cayena - 1 cucharada sopera de pimentón dulce
- 1/2 cucharada sopera de pimentón picante
- 1/2 limón
Preparación:
Ponemos a desalar el bacalao 48 h. antes dejando uno de los trozos, el mas pequeño, sin desalar. Cambiamos el agua cada 12 horas.
El día de la preparación cocemos en 4 dedos de agua el bacalao desalao con una cayena. Escurrimos, dejamos enfriar y reservamos el agua.

Picamos el pan en un bol amplio y lo empapamos con todo el agua de la cocción (sin la cayena) Reservamos.

Limpiamos de sal bajo el grifo el trozo de bacalao sin desalar, le quitamos la piel y las espinas y desmigamos.  Batimos con 50 ml. de AOVE hasta conseguir una pasta fina. Reservamos.

Limpiamos de piel y espinas el bacalao cocido y lo batimos junto con el ajo, sin el germen y 50 ml. de AOVE. Iremos añadiendo en hilo 50 ml. de AOVE mas, mientras seguimos batiendo hasta conseguir una textura homogénea y espesa.

Aderezamos el pan con los pimentones, añadimos las dos pastas de bacalao anteriores y trabajamos la mezcla hasta homogeneizar completamente y conseguir una textura fina y brillante. Metemos a la nevera, se debe consumir fresquito.

Perfecto para dipear entre amigos con unas regañás!!





Gracias Marta ;-)