No había probado el ajoblanco, pero el pasado fin de semana compré un montón de almendras en el mercado. También tenía pan duro. Y hace calor.
No necesito nada más.
Si me gusta el gazpacho y me encanta el salmorejo, ¿porqué va a ser menos el ajoblanco?
No lleva tomate, vale, pero para mí es de la misma familia.
Está de muerte.
Las personas que no pueden tomar frutos secos, han de saber que existe la versión del ajoblanco con harina de habas (legumbres). De modo que también pueden disfrutar de este placer malagueño.
- 2 dientes de ajo pequeños
- 130 gr de almendras repeladas (si no puedes tomar frutos secos, sustitúyelas por 3 cucharadas soperas de harina de habas)
- 100 gr de miga de pan
- 60 gr de aceite de oliva virgen extra.
- agua mineral
- sal
- 2 cucharadas soperas de vinagre blanco.
- VERSIÓN CON ALMENDRAS:
- Pon en remojo la miga de pan.
- En el procesador de alimentos, tritura bien las almendras junto con el ajo.
- Escurre la miga remojada y añádela a las almendras picadas. Amasa.
- Pon el aceite, un poco de sal y un poco de agua y tritura bien con la batidora de brazo.
- Agrega el vinagre (al gusto) y agua (al gusto) y sigue triturando hasta que quede perfectamente fino.
- Guarda en la nevera, donde espesará un poco.
VERSIÓN SIN ALMENDRAS. - Pon en remojo la miga de pan.
- En un mortero maja el ajo con la sal.
- Añade la harina de habas y mézclala con el ajo machacado.
- Agrega el aceite de oliva y el vinagre a la masa anterior e intégralo en ella con la mano del mortero.
- En un bol más grande, coloca la pasta y agua (más vale quedarse corto, y luego añadir, si hace falta).
- Tritura bien con la batidora de brazo.
- Guarda en la nevera.