Al Colón, al Colón!

Publicado el 27 mayo 2011 por Matichica
Ayer viví uno de esos momentos mágicos que pocas veces se producen en la vida cotidiana, y que justamente por su condición de extraordinarios logran movilizarnos y conmover. Tuve la suerte de ser invitada a presenciar el ensayo general de una obra que se presentará en el Centro de Experimentación del Teatro Colón; se trata de El sirviente (The servant), una ópera de cámara en un acto y nueve escenas, basada en la novela homónima de Robin Maughan, con música -exquisita- y libreto de Marco Tutino.


Ya ingresar al teatro fue toda una experiencia... El foyer estaba totalmente intervenido por la escenografía de la ópera, un penetrante olor a incienso perfumaba la sala, y silenciosas mucamas ataviadas como a principio de siglo XX nos guiaban por las escalinatas hasta el salón dorado, lugar en que también se jugarían escenas, a juzgar por los muebles y elementos allí dispuestos...


No es casual que la dirección de escena, escenografía y vestuario esté a cargo de Eugenio Zanetti -a quien recordarán por haber obtenido un premio Oscar a la mejor Dirección Artística por el filme Restauración, entre otros galardones-, un consagrado exponente del arte puesto al servicio del arte...



La invitación para asistir vino de la mano de una querida amiga, la mezzosoprano platense con fama internacional Mónica Sardi -a quien le agradezco enormemente este regalo-. Ella se desempeña en esta ópera como Sally, la novia de Tony, un acaudalado londinense de principios del siglo XX, en los últimos coletazos de la Belle Époque. A lo largo de la obra, Sally despliega un imponente vestuario, del cual registré sólo algunas imágenes dado que no se podía usar el flash en la sala. Ya hemos hablado acá mismo del estilismo de dicha época: los vestidos con volados, polizones, corset y apliques, tocados muy ornamentados, accesorios como guantes, sombrillas y estolas, a la orden del día -y de la noche-. Y en la ópera se ven perfectamente reflejados en los looks de Mónica/Sally...





No les contaré la trama por si desean verla, pero debo decirles que el sirviente -Barret- que da nombre a la ópera es una figura trascendental que arrastrará al acaudalado y lábil Tony hacia zonas oscuras de las que no podrá escapar... Mientras las escenas se suceden, los espectadores que en principio estuvimos de pie siguiendo las acciones del living, nos desplazamos junto con ellos hacia el dormitorio, para luego volver de pie junto a las escaleras y así presenciar el final cargado de dramatismo... Siempre respirando junto a los personajes, viendo cómo se transforman, cómo sufren y gozan, con un espíritu voyeur.



Palabras de Zanetti: "Concebida como una puesta en escena interactiva, la presente versión de The Servant explora espacios del teatro nunca antes transitados en escenas dramáticas. (...) La naturaleza voyeurística de la puesta nos ayuda a integrarnos en el universo enrarecido de las relaciones de clase a finales del siglo XIX."



Yo sé que en este blog la moda atraviesa todas las páginas que se escriben a diario, pero el arte muchas veces se cuela para traernos nuevas experiencias, nuevas miradas que nos enriquecen, verdad? Esta vez el vestuario de la Belle Époque es una excusa para adentrarnos en un universo musical y dramático que permite una verdadera comunión con la obra. Les aseguro que al salir, me llevó tiempo asumir que estaba de nuevo en el siglo XXI, cruzando la 9 de julio por debajo en dirección al subte. Mi cabeza y mi corazón se habían quedado en el foyer del Colón...


Espero que este post les guste, o al menos que les interese saber más de la ópera El sirviente, que se presenta los días 27, 28, 29 y 31 de mayo en el Teatro Colón. Aguardo sus comments, como siempre... Buen fin de semana, amig@s:>