Al mal tiempo, un buen brillo.

Publicado el 15 noviembre 2012 por Showmethemust @antoniomirandam
 No estamos bien. De hecho, no estamos nada bien. España cada vez se parece más a un país tercermundista ¿Y qué hacemos nosotros? Ostentar, comprar y fingir que no hay nada de lo que preocuparse.

¿You need a fashion shower? Las nuevas colecciones de todas las firmas tienen algo en común. La ostentación y el barroquismo exagerado ¿Alguien encuentra alguna prenda en Inditex que no lleve tachuelas, pedrería, recamados o dorados? Porque es verdaderamente complicado, y enojoso, poder encontrar algo básico sin tener que parecer una urraca que va detrás de los brillos.
Las pasarelas se llenan de tejidos de damasco, bordados en hilos de oro y plata, aplicaciones de pedrería, pesados brocados.
Dolce&Gabbana rescata el lujo excesivo del barroco y el rococó. Vírgenes con maxi pendientes de perlas y oro, perfectas para ir a hacer la compra en "Día".
Balmain convierte a la mujer en un santo relicario forjado en plata y esmaltes. Prendas tejidas con filigrana de metales preciosas, incrustaciones.
 
¿Y por qué no? Cubrámonos de hedonismo y ostentación. Salgamos a la calle con cuellos de pelo, collares gigantes de falsas esmeraldas, zafiros, rubíes, diamantes; las muñecas atiborradas de pulseras de orodelquecagaelmoro como ídolos africanos. Bebamos champagne con polvo de oro. Comamos tartaletas de tomate confitado con láminas de oro. Convirtámonos en deidades cubiertas de oro y pedrerías. Creemos un imaginario de cartón que nos haga olvidar que nos vamos a pique.
Besos gigante, Antonio