En el Pago de Miraflores (Sanlúcar de Barrameda), viñedo El Confitero, en la parte más alta y con uno de los palominos finos de mayor prestigio de la zona. En Sanlúcar de Barrameda, Alba Viticultores: Fernando Angulo, Carmen Caballero, Alejandro Muchada y Miguel Gómez. En Sanlúcar de Barrameda, unos pocos viticultores que se convirtieron en custodios de la tradición, de las raíces y de las cepas de albariza pura a la espera de su oportunidad. Ha llegado en forma de lucero embotellado... Cuatro locos con un ideólogo al frente (Fernando), unos pocos amigos y asesores fieles (Álvaro Girón...) y un montón de pequeños proyectos que atienden sólo a una idea: la inspiración y el clima de la añada en un ambiente de respeto y amor absolutos por el palomino fino y los sabores de la albariza.
Del Confitero, apenas 600 botellas de un vino que nace de mosto pisado con los pies y medio fermentado en botas y en inox con lo que el viñedo lleva. Ni más ni menos. La fermentación termina en la botella, sin filtrar ni clarificar. Se cierra con chapa y allí se completa el milagro. Burbujas que preservan los sabores de la tierra y nos transportan al sueño de la uva en su madriguera de arena y cal. Tiza: en la escuela, la pizarra con los primeros calores. Humedad: en la madrugada, la del océano que viaja con la brisa, alimenta cepas y refresca uvas. Enorme su frescura, de personalidad única. Hierbabuena. Pastelería: los aromas de las levaduras sin matices. Pan ácimo. Cabello de ángel. Piel del membrillo. Limonero en el patio umbrío. La sal y las plantas cerca del mar. Encurtido de hinojo marino.
Un vino de placer que nace de la pasión por una uva (palomino fino), del respeto por un trabajo centenario (el de los viticultores) y del amor por un cosquilleo impredecible (el de la burbuja ancestral).