Alcohol joven

Por Pedsocial @Pedsocial

La judicialización de un nuevo caso dramático de muerte infantojuvenil asociado al tóxico más conocido: el alcohol, y que, además, es legal. (http://ccaa.elpais.com/ccaa/2016/11/04/madrid/1478286668_086814.html?id_externo_rsoc=TW_CC) parece, con perdón, la respuesta del refranero del burro muerto y la cebada al rabo.

Los servicios de Urgencias (y quizá más los de emergencias callejeros) registran números crecientes de intoxicaciones alcoholicas graves entre adolescentes y preadolescentes. El consumo de alcohol en grupos numerosos y en la calle (botellón) forma parte de los ritos de paso de la adolescencia. Las estadísticas explican que las intoxicaciones más graves se producen en los más pequeños de 11, 12, 13 años, y en mayor número entre las chicas.

Los efectos del etanol son bien conocidos y la respuesta orgánica también. Factores biológicos como la disponibilidad del enzima alcohol-deshidrogenasa en el hígado, o la hidratación contribuyen al grado de toxicidad. Pero es el volumen de alcohol el mayor determinante de los efectos. La ingesta inmoderada de, especialmente, destilados de alta graduación y en un período breve, conduce a la depresión del sistema nervioso central y al coma en relativamente poco tiempo.

En la infancia y la adolescencia el consumo es generalmente social y en compañia más o menos multitudinaria, es donde los factores circunstanciales tienen más relevancia. La complicidad, la falsa sensación de seguridad, la competitividad se suman a la trasgresión, la euforia y la irresponsabilidad. A la hora de buscar culpabilidades los entornos y circunstancias son relevantes.

Algunas circunstancias del caso relatado, como el origen centroeuropeo de la familia de la víctima, quizá con otros patrones culturales, la información sobre la reincidencia de la víctima y la presencia de adultos jóvenes en el entorno, que se han conocido por los medios, refuerzan la consideración de los factores sociales circunstanciales de un caso concreto. Pero otros factores igualmente culturales o sociales darían explicación a otros casos.

Incluir la encuesta sobre uso de tóxicos en la evaluación de adolescentes es una de las recomendaciones a los pediatras y a los educadores y otros agentes sociales. La vigilancia de las autoridades policiales, dificil en el contexto, también es necesaria. Especialmente en lo que respecta a la venta y consumo a partir de ciertas horas en la calle y las aglomeraciones desordenadas. La respuesta de que la gente joven lo va a seguir haciendo igual, no es de recibo. Ya lo hemos comentado en otras ocasiones. Una vez más, pues.

X. Allué (Editor)

(Imagen de El País)

https://pedsocial.wordpress.com/2015/12/14/alcohol-y-menores/