"Baudelaire caracterizó al flâneur como un caballero que pasea por las calles de la ciudad"(1)
El cine de Jean Luc- Godard, es un cine que se acerca al collage, entendido no sólo como el ensamble de elementos con cierta singularidad sino como una recopilación de pensamientos, historias, ideas, imágenes y lenguajes tanto el visual como el de la palabra y el mismo acto de homenajear, casi como citar a pie de página pero en imágenes, en cierto sentido, como ese concepto de flaneur del que escribía Baudelaire o Walter Benjamin, pero llevado a las imágenes en movimiento y el montaje; el bagaje cultural del franco-suizo se traduce tanto en autoreferencialidad, que se ha visto a lo largo de sus períodos audiovisuales como en la composición de las imágenes, conceptos e historias. Homenajeado en diversos festivales y ganador en otras ocasiones, quien inició como crítico cinematográfico, se fue haciendo un espacio en la producción francesa hasta hacerse en uno de los nombres vitales de la Nouvelle Vague, y posiblemente uno de sus últimos -sino el último- sobreviviente de dicho movimiento.
Los años 80 para Godard fue un periodo dominado por el video, y la exploración en dicho lenguaje, la autoría absoluta y un replanteamiento desde el mismo dispositivo, como lo podemos observar en Alemania Nueve Cero, obra audiovisual pensada para los años posteriores a la caída del Muro de Berlín y el fin de la Guerra Fría; esta obra solicitada por la televisión francesa, terminó ajustándose a dichas exploraciones y desarrollos.
Con guión de Godard, homenajeando a su propia obra, en este caso el personaje de Lemmy Caution (Alphaville) caminando por las calles de una Europa desvencijada, con un problema de comunicación y en pleno cambio ideológico. Con tintes a esa exploración ensayística/audiovisual, que va a permanecer en sus últimos trabajos, el francés nos muestra su posición sobre la soledad, sus pensamientos políticos, estéticos y el porqué de la caída de una sociedad, en este caso la alemana, como metáfora de la caída del muro de Berlín.La historia, que se podría simplificar en la última misión del investigador privado Lemmy Caution (Eddie Constantine) para entender lo que está sucediendo en la Alemania posMuro de Berlín, se irá convirtiendo en la historia de un flaneur que recoge las huellas e historias de los últimos tiempos, huellas de arte, de vida y esas mismas reflexiones que se hace el director en sus obras. Mezclando formatos, estilos y hasta lenguajes, el francés compone una puesta en escena de reflexión, tiempos y transiciones de una sociedad que no logra comunicarse.
Con una dirección fotográfica a seis manos, más que un trabajo de gran calidad técnica o estética es una representación funcional de lo que está explorando este director, que se pueda acoplar a los insertoso a esas secuencias que confrontan la grave voz en off, el elemento articulador de la obra. Naturalista, plana en su creación, peor llena de matices y texturas por la sobreimposicón de imágenes y elementos.Uno de los puntos más fuertes en la obra de Godard es el montaje, no sólo desde el riesgo conceptual y narrativo sino desde la misma confrontación con el material audiovisual, que en este caso se pueden entender como citas, referencias o pies de página contraponiéndose, complementando o sustentando al mismo montaje.Godard recurre de nuevo a la música clásica: Beethoven, Stravinski, le van a hacer compañía a Lemmy Caution en sus sauterings (2), en sus caminatas de observación que recopilan los acontecimientos de una ciudad en tránsito.
(1) https://es.wikipedia.org/wiki/Fl%C3%A2neur(2) Concepto de Henry David Thoreau: http://www.comesaunter.com/2005/10/thoreau_and_sau.html