Alergia Leche (APLV): Cuando un beso hace daño

Por Mikkoriumaplv
Una de las primeras cosas que descubren los padres de un niño alérgico es que un beso a su hijo puede hacerle daño.
Un día desayunamos nuestro café con leche habitual. Nos olvidamos de ello y sobre mediodía jugamos con el niño y le damos besos. Al rato, el niño tenía manchas rojas en las mejillas. Los restos de leche del café matutino aún permanecían en nuestros labios. El niño había sufrido una reacción alérgica por besarle.
Es entonces cuando uno descubre que los besos suponen un riesgo y obligas a conocidos y familiares a lavarse antes de besar al niño.
A partir de entonces, las cosas siempre serán diferentes. Muchos lo entenderán y besaran al niño en la zona del cabello (gran recurso). Otros os criticarán como padres proteccionistas y os llamarán exagerados.
Pero es lo que hay que hacer. El alérgeno no puede entrar en contacto con el niño en modo alguno. No sólo le exponemos a una reacción alérgica (grave en algunos casos), sino que retardamos su curación que pasa por eliminar el alérgeno de su vida.
Los niños necesitan muchos besos, pero siempre es mejor abstenerse si uno no se ha limpiado tras una comida o ha manipulado recientemente alimentos.
La mejor forma de sobrellevar este asunto es tener a mano, también cuando se sale de paseo, un paquete de toallitas infantiles para ofrecer de forma discreta a los adultos que jueguen con el niño alérgico.
Como sólo se teme lo que no se conoce, lo más importante es informar a todos los que convivan con el niño de su condición de alérgico alimentario y de las medidas que hay que tomar para su curación.
Después de escribir estas líneas, he conocido vía Todo Alergias un interesante video de la asociación Anaphylasis Canada donde un anuncio muestra de forma sencilla los problemas a los que se enfrentan los jóvenes con alergia alimentaria: dar un simple beso puede ser una cuestión de salud.

Foto | usiiik