Alergia y homeopatia, una terapéutica eficaz

Por Sanoyecologico - Revista Vida Natural @SanoyEcologico

Cuando nuestro sistema inmunológico, ese equipo de defensa que nos protege de los “malos” y convive pacíficamente con los “buenos”, comienza a no diferenciar a unos de otros es cuando pueden comenzar a aparecer los problemas alérgicos.

Una alergia no es más que un sistema inmunológico confundido e irritado que trata a elementos inofensivos como si se trataran de peligrosos enemigos, desarrollando reacciones inflamatorias de defensa muy molestas para quien las sufre y absolutamente innecesarias. Y bueno, algunas de estas reacciones inflamatorias pueden ser de tal intensidad que pueden llegar a poner en peligro la vida de la persona, como ocurre con las crisis de anafilaxia.

Es como cuando alguien está tan enfadado, tan irritado que cuando caminando por la calle otro  viandante le roza, en vez de devolverle una sonrisa de complicidad le increpa y le insulta como si le hubiera agredido. Pues en una alergia nuestro sistema inmunológico es el caminante enfadado y el alergeno es ese pobre viandante que se cruza en su camino. La alergia siempre es una reacción exagerada de nuestro sistema de defensas ante un estímulo que no lo merece.

¿Y qué puede hacer la Homeopatía en estos casos? Pues atemperar, calmar a ese sistema inmunológico para que vuelva a comportarse como un sistema de defensa eficaz y desarrolle  reacciones inflamatorias de defensa solo ante verdaderos enemigos como determinados virus, bacterias o tóxicos. Hay tres vías por las que el medicamento homeopático puede entrar a regular esta disfunción del sistema.

LA VÍA DEL TERRENO. Es cuando en Homeopatía usamos lo que llamamos el medicamento de fondo del paciente, ese medicamento que va a llevar al paciente hacia su equilibrio sea cual sea la manifestación de enfermedad que se esté dando. Por ejemplo, los pacientes cuyo medicamento de fondo es Lycopodium van a ser personas predispuestas a desarrollar problemas alérgicos en la piel, en el sistema respiratorio (como el asma), pero también van a ser personas con un aparato digestivo delicado y con tendencia a hacer cálculos en el riñón. Pues bien, cuando este paciente manifi este cualquiera de sus predisposiciones patológicas será “su Lycopodium” el medicamento que le ayude a volver al equilibrio, a la salud.

Es más, Lycopodium será también en estas personas su medicamento de salud, esto es, el medicamento que tomado cuando estén sanos fortalecerá esos puntos débiles de su naturaleza minimizando el riesgo de que desarrollen esas patologías en el futuro.

LA VÍA SINTOMÁTICA. En Homeopatía contamos también con potentes medicamentos a la hora de controlar los síntomas de las crisis alérgicas mientras nuestros medicamentos de fondo van haciendo su trabajo de regulación, con la ventaja frente a los clásicos antihistamínicos y corticoides de carecer de toxicidad y efectos secundarios, pudiéndolos usar con total seguridad incluso en bebés y embarazadas.

Así, medicamentos como Allium Cepa 5CH, Euphrasia 5CH o Nux Vomica 5CH nos serán de gran utilidad en esos cuadros de rinoconjuntivitis que cursan con secreción nasal clara, lagrimeo con escozor de ojos y estornudos en salvas, tan frecuentes en las alergias al polen y a los ácaros del polvo. Otros como Apis Mellifica 15CH, Urtica Urens 5CH o Belladonna 5CH estarán indicados en los casos de las reacciones cutáneas a determinados alimentos y en las urticarias en general con ese edema inflamatorio, caliente y pruriginoso, tan característico.

En las crisis de asma alérgico, Cuprum Metallicum 5CH, Ipeca 5CH o Poumon Histamine 15CH son también algunos de los medicamentos que podremos usar para aliviar la sofocante sintomatología de estos cuadros. Lo mismo que cada persona tiene su o sus medicamentos de fondo en virtud de sus características personales (herencia, enfermedades pasadas, temperamento y carácter…), también elegiremos que medicamento sintomático usar según como se esté manifestando esa crisis aguda en cada paciente.

En un cuadro asmático un paciente puede experimentar alivio al abrir la ventana y sentir el aire fresco y otro, en cambio, mejorar cuando respira el calor húmedo del vapor de unos vahos de agua. Igual que en primavera algunas personas que sufren alergia al polen padecerán crisis de rinoconjuntivitis agudas en donde lo más molesto será el lagrimeo profuso e irritante frente a otras donde predominará la secreción nasal, los estornudos y una molesta sensación de picor en el velo
del paladar. En cada caso el médico homeópata recomendará el o los medicamentos que mejor se ajusten a cada forma personal de manifestar la crisis.

LA VÍA ETIOLÓGICA. Llamo así a la posibilidad que tenemos en Homeopatía de utilizar las propias sustancias que provocan la alergia en la persona como medicamentos. Es lo que se conoce como Isoterapia: convertir en medicamento Homeopático al propio alergeno. Así, cuando administramos el polen en forma de medicamento homeopático, Pollens 30CH, o los mismos ácaros del polvo, Dermatophagoydes Farinae 30CH, a la persona alérgica conseguimos introducir en su organismo una información que hace que éste vaya reconociéndolos como “amigos” y perdiendo esa hipersensibilidad que tenía ante ellos y que le hacía reaccionar de esa manera tan violenta.

En resumen: la Homeopatía es una terapéutica eficaz y segura frente a los problemas alérgicos. Carece de toxicidad, podemos combinarla con cualquier otro tipo de tratamientos o de fármacos que consideremos oportunos y podemos usarla con total confianza en bebés, embarazadas o personas polimedicadas. La Homeopatía enseña a nuestro organismo a conseguir o a recuperar el equilibrio perdido y así poder vivir en armonía con su entorno.

EL ALÉRGICO ¿NACE O SE HACE?
Los estudios apuntan a que en las alergias que aparecen en la infancia, además de la predisposición genética, podría haber una relación entre una exposición temprana a determinados alimentos y el desarrollo de una alergia a los mismos. En los primeros meses de vida el sistema digestivo es aún inmaduro (algunos autores relacionan esta inmadurez con los llamados cólicos del lactante), por ello la leche de mujer es rica en una serie de componentes que contribuyen al desarrollo del tracto intestinal del bebé. Por ello la leche materna es el mejor alimento posible para los recién nacidos. El introducir nuevos alimentos demasiado pronto puede hacer reaccionar al sistema inmunológico de forma agresiva. Los pequeños alimentados con fórmulas artificiales reciben una gran cantidad de proteinas “extrañas” a través de esa barrera intestinal deficiente, lo que a la postre puede desencadenar una alergia a la leche.

Igualmente con el resto de los alimentos “nuevos”, es necesario seguir las indicaciones del pediatra para su introducción en la dieta y no precipitarse. Respecto a las alergias que aparecen en la edad adulta, se barajan dos desencadenantes claves. El primero sería una sobrexposión continuada a determinada sustancia que provoca que el organismo se sensibilice a la misma; es el caso de la “fiebre del panadero”, molestias respiratorias de tipo alérgico que desarrollan las personas que trabajan continuamente con harinas e inhalan pequeñas partículas de cereales.

El segundo sería como consecuencia de infecciones intestinales y procesos inflamatorios mantenidos en el tracto digestivo, que provocan que la barrera intestinal se altere (se conoce como “síndrome del intestino agujereado”). Al funcionar el intestino de forma inadecuada se favorece la absorción de ciertos componentes de los alimentos que pueden causar no solo reacciones alérgicas, sino otros muchos problemas de salud.

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