Algo pasa con la asistencia sanitaria (i)

Por Carlos

Desde hace semanas me llama la atención que está aumentando el número de pacientes que acude a mi consulta de medicina de familia para informarse sobre cuestiones sanitarias, asistenciales, sobre prevención, sobre hábitos saludables y en general sobre problemas o cuestiones que poco tienen que ver con la encorsetada patología aguda, frecuentemente banal, a la que estamos acostumbrados.

Cierto es que ocupo gran parte del tiempo en explicaciones, consejos y educación sanitaria en general sobre como actuar ante los catarros, los dolores, las recetas …etc., garantizando la accesibilidad tanto mediante la atención telefónica como la presencial en consulta de mañana y tarde todos los dias.

Este cambio de hábito y actitud hacia la consulta posiblemente sea un logro de las campañas publicitarias que a través de los medios intentan informar, aunque en ocasiones intoxican mas que informan, trasladando al usuario una sensación desconocida hace décadas y que hace referencia a la importancia de tener en cuenta parámetros clínicos y analíticos que logran asustar mas que tranquilizar a la población en general.

En una sociedad avanzada como la nuestra, la facilidad del acceso a la información hace que el tiempo dedicado en la consulta de primaria (6 minutos y sin lista de espera) se oriente en no pocas ocasiones a explicar al paciente por que no es necesario realizar tal o cual análisis o tal o cual prueba diagnóstica, si tenemos en cuenta la probabilidad de padecer ciertas patologías o la precisión diagnóstica de la prueba que nos solicita en relación con sus molestias. Porque ahora es el paciente es que nos solicita las pruebas.

En un entorno donde los avances tecnológicos están a la orden del día, los pacientes no entienden por qué no realizamos resonancias magnéticas o tomografías o estudios costosos y complejos que el consultante valora como necesariamente indispensables para la patología que padece.

Y no son cuestiones fáciles de tramitar…