Este monovarietal de merenzao de Algueira 2009, 13,5%, no se ha movido de esos parámetros que tanto me gustan. Sinceramente: vinos como éste o el brancellao de la misma casa, justifican por sí solos la existencia de una bodega en su tierra. Entiéndanlo como un halago: esta merenzao es como una pinot noir gallega. Suave extracción, tanino goloso pero muy ligero y delicado. Pimienta rosa. Tiene una frescura y una profundidad enormes. Y estamos en 2009...impresionante. Esa violeta fresca, recién llegada (no de Holanda, por favor...) de nuestros jardines, que tiene una mezcla única de cierto dulzor y una acidez penetrante. No es sencillo encontrar en España vinos como éste, que se beban con gran placer y tengan una versatilidad grande en la mesa. Es un vino que te captura desde el primer momento, se apodera de tu pituitaria y no la deja. Es un vino floral, sí, pero también con frambuesa fresca y ácida. Suave sequedad sin llegar a la astringencia, sedoso pero sin florituras. Equilibrado. El grano de pimienta estrujado en tu mano. No es un vino barato (25€ en la tienda on-line de la bodega, aunque yo lo pagué más caro en una tienda presencial...) pero merece la pena porque con él bebes un pedazo auténtico de Ribeira Sacra.
Este monovarietal de merenzao de Algueira 2009, 13,5%, no se ha movido de esos parámetros que tanto me gustan. Sinceramente: vinos como éste o el brancellao de la misma casa, justifican por sí solos la existencia de una bodega en su tierra. Entiéndanlo como un halago: esta merenzao es como una pinot noir gallega. Suave extracción, tanino goloso pero muy ligero y delicado. Pimienta rosa. Tiene una frescura y una profundidad enormes. Y estamos en 2009...impresionante. Esa violeta fresca, recién llegada (no de Holanda, por favor...) de nuestros jardines, que tiene una mezcla única de cierto dulzor y una acidez penetrante. No es sencillo encontrar en España vinos como éste, que se beban con gran placer y tengan una versatilidad grande en la mesa. Es un vino que te captura desde el primer momento, se apodera de tu pituitaria y no la deja. Es un vino floral, sí, pero también con frambuesa fresca y ácida. Suave sequedad sin llegar a la astringencia, sedoso pero sin florituras. Equilibrado. El grano de pimienta estrujado en tu mano. No es un vino barato (25€ en la tienda on-line de la bodega, aunque yo lo pagué más caro en una tienda presencial...) pero merece la pena porque con él bebes un pedazo auténtico de Ribeira Sacra.