El método tradicional de construcción de piscinas sigue siendo el más habitual, de manera que las piscinas de hormigón de Santiago son la oferta mayoritaria. Son las llamadas piscinas de obra que tienen como material el hormigón y a las que, luego, cada propietario añade la terminación y equipamiento que más le convenza.
De hecho, el revestimiento es uno de los elementos clave en el mantenimiento de las piscinas en Santiago centro y, desde luego, el que les confiere un mejor aspecto. Porque, en su origen, las piscinas de hormigón de Santiago dejaban este material a la vista, con no pocos inconvenientes ya que se acaba desgranando y ensucia el agua. El sol y el agua acababan deteriorando este rudimentario acabado de las piscinas.
Para solucionar este problema, las piscinas de Santiago centro optaron por aplicar algún tipo de revestimiento, tanto para el fondo y paredes, como para los bordes. Las pinturas de poro abierto son una de las primeras soluciones que se aplican para recubrir las piscinas de hormigón de Santiago, por su resistencia al cloro y a bacterias y algas, pero con el inconveniente de que aguante un máximo de dos años.