Algunos europarlamentarios no se preocupan por tu salud

Por Moiseschacon @nomasaditivos

Hace unos días compartía en Facebook y en Google Plus la noticia de que la Comisión Europea había retrasado la decisión de prorrogar la autorización del uso del pesticida glifosato. Esta suspensión temporal había sido posible gracias a la presión ciudadana ejercida a través de organizaciones como GreenPeace que ha logrado reunir más de un millón de firmas en contra de que se pueda seguir utilizando el glifosato, el herbicida más vendido del mundo y que, según la OMS (Organización Mundial de la Salud), es "probablemente cancerígeno para los seres humanos". Pero esto no ha sido nada más que un pequeño retraso en la decisión definitiva que, al parecer, se podría adoptar el próximo 18 de mayo. Habrá que estar muy pendientes de la Comisión y de los europarlamentarios ya que existen poderosos intereses económicos de por medio, entre otros los de la multinacional Monsanto.

Esta es solo una muestra de la importancia de las decisiones que se adoptan en el seno de la Unión Europea, una institución que a primera vista puede parecer lejana y ajena a nuestra vida cotidiana, pero que no es así en absoluto. Esta sensación de lejanía nos lleva a ser poco vigilantes con nuestros representantes políticos allí. ¿Qué decisiones toman? ¿Nos favorecen o nos perjudican?

Un ejemplo de que no todos velan por nuestra salud es la interesante votación que se celebró el pasado 20 de enero en el Parlamento Europeo para frenar un proyecto de ley de la Comisión Europea que triplicaba el límite de azúcar recomendado por la OMS en alimentos infantiles. Además, la resolución aprobada no solo arremetía contra el exceso de azúcar, sino que también proponía prohibir el uso de ingredientes transgénicos en este tipo de alimentos puesto que no se conocen sus riesgos a largo plazo.

Sería lógico pensar que esta propuesta de reducir los límites de azúcar en alimentos para bebés sería aprobada por unanimidad en el Parlamento Europeo, ¿verdad? Pues no fue así. En realidad solo obtuvo un 56% de votos favorables. En concreto fueron 393 votos a favor de la reducción de azúcar, 305 en contra y 12 abstenciones. ¿Cómo es posible que más de 300 parlamentarios estuvieran en contra de una medida que es claramente positiva para la salud de la población (aunque negativa para los intereses de los fabricantes)? Muy sencillo: porque los ciudadanos no nos enteramos y, por tanto, no les pedimos explicaciones de lo que han votado. Es decir: votar en contra de la salud de la ciudadanía les sale gratis (no tiene consecuencias negativas para ellos). El propio Parlamento no lo pone nada fácil. Aunque resulta sencillo encontrar el resultado global de la votación (393, 305, 12), es muy complicado obtener los datos concretos de qué ha votado cada uno de los parlamentarios que, a fin de cuentas, es lo que interesa.

Pues bien, finalmente he obtenido esa información y he preparado esta tabla en la que se ve claramente cuáles de los representantes españoles votaron a favor de reducir los niveles máximos de azúcar en los alimentos infantiles, cuáles estuvieron en contra, los que se abstuvieron y los que no estuvieron presentes en la votación.

Además, si a alguien le apetece pedirles explicaciones sobre su voto a alguno de ellos, en esta página se puede encontrar el correo electrónico de cada uno de los europarlamentarios españoles. Lo que queda claro es que las decisiones que se adoptan en la Unión Europea no han sido obra de un ente abstracto, sino que detrás hay personas con nombres, apellidos y siglas políticas que tendrán que rendir cuentas a la ciudadanía, aunque sea cada cinco años a través de las urnas.