Como estamos mencionando en muchos de los post anteriores, el verano, el aumento de tiempo libre y las vacaciones modifican en muchos casos nuestras rutinas habituales. Una de las rutinas que también se ve afectada, como no podía ser de otra manera, es nuestra alimentación. No se trata de estar midiendo calorías o preocuparse en exceso por ello, pero sí de mantener una rutina saludable que nos ayudará a prevenir ciertos comportamientos no adecuados.
Podemos seguir ciertos consejos a la hora ir a la compra o incluso a la hora de guardar los alimentos en nuestra casa. Muchos de ellos son conocidos y los tenemos en cuenta, pero quizá alguno nos pueda sorprender.
- Ir a comprar con el estómago lleno. Esto ayudará a comprar lo que realmente nos hace falta, evitará muchos caprichos y alimentos que no necesitamos.
- Hacer una lista de alimentos y comprar sólo lo apuntado. Tenemos que tener en cuenta también que en la lista no meteremos más de lo que necesitamos para los dos/tres días siguientes. Acumular más comida de la necesaria puede aumentar la probabilidad de picar entre horas o tener atracones. Además, podemos aprovechar a hacer la lista en casa mirando nuestra despensa y nevera y con un menú semanal delante, de cara a incluir estos alimentos.
- Llevar el dinero justo. Para ello hay que tener en cuenta lo que gastamos otras veces.
- Comprar en tiendas habituales. Aprende a ir “al grano” y no descubrir por casualidad alimentos que no estén en la lista. Tener localizados los alimentos ayuda a evitar zonas de riesgo donde se expone cierta comida que no es beneficiosa para nosotros.
- Si puedes, acude acompañado por alguien que lleve la lista y te ayude a no hacer extras. Coméntale tus objetivos: sólo lo apuntado. Hay que tener claro que no se puede iniciar un conflicto con la persona que se ofrece, desde el inicio tienen que estar los acuerdos hechos.
- Los alimentos “peligrosos” los guardaremos en recipientes opacos, que no estén a la vista ni fáciles de alcanzar. Con esto podremos conseguir no tenerlos tan presentes, si abro la despensa, que no sea lo primero que me encuentre.
- Tener “a mano” alimentos bajos en calorías (fruta, tomate, yogures) listos para comer, en vez de tener a simple vista alimentos con mayor contenido hipercalórico.
- Procura tener en casa sólo alimentos que requieran cierta elaboración para su consumo, evitando almacenar alimentos que ya estén preparados.
Estos son algunos de los pequeños trucos que podemos utilizar antes de ponernos a comer, de cara a mantener nuestras rutinas.