El atún es un pescado azul que podemos encontrar en cualquier época del año, bien sea fresco o en conserva. Al disponer de una importante cantidad de grasas saludables, proteínas y vitaminas, resulta un alimento muy beneficioso para la salud del cuerpo humano, sin contar que su sabroso gusto agrada a toda la familia.
Pero, ¿en qué ocasiones nos favorece el atún? Sigue leyendo…
Colesterol
Sí, ya sabemos que el atún es un pescado graso, pero lo cierto es que es rico en grasas saludables, las llamadas “omega-3”, que precisamente ayudan en la diminución del colesterol y protección del sistema cardiovascular.
Fragilidad de huesos
Por su alto contenido en vitamina D y fósforo, el atún fortalece los huesos y marca una barrera natural contra posibles roturas.
Niños que odian el pescado
¿Tu hijo no puede oír la palabra ni en pintura? El pescado es un alimento básico en la dieta de los más pequeños, pues sus altas dosis de hierro y proteínas ayudan a su crecimiento. El atún, además de proporcionar todos estos beneficios, “engaña” a muchos niños que aún no tienen conocimiento de que lo que se están comiendo dentro de un bocadillo es uno de los pescados más saludables. Intentaremos también que lo consuman en estado fresco en alguna ocasión.
Dolor de articulaciones
Si sufres de inflamaciones y dolor, consume entre cuatro y cinco raciones de pescado azul a la semana (además del atún, encontramos las sardinas, el arenque y el salmón), que calmarán los dolores de tus articulaciones. Mano de santo.
Alzheimer
De la misma forma que con la lucha contra el colesterol, el atún proporciona ácidos grasos no saturados que mejoran los síntomas de la enfermedad del Alzheimer, por lo que resulta un alimento sin igual en el plato de los mayores de la casa.
Piel seca
Por la calidad de sus grasas, el atún hidrata la piel desde dentro y alivia el incómodo prurito.