Cansancio, fatiga, apatía, insomnio, nerviosismo o falta de concentración son algunos de los síntomas que acompañan a la astenia primaveral, un trastorno (que no enfermedad) pasajero que suele darse en la época en la que los días con luz se alargan y con ellos, se alteran los ritmos circadianos debida a un aumento de las horas solares y al cambio horario que coincide con la llegada de la nueva estación.
La sintomatología de la astenia primaveral es leve y pasajera, " pero puede afectar a la vida cotidiana ya que produce una inadaptación laboral y personal y, si no se mejora, puede conducir a trastornos de ansiedad y del sueño, irritabilidad o incluso accidentes como consecuencia de la falta de atención y concentración", advierte el doctor Ocaña.
mantener una constancia en la práctica de ejercicio físico de 30 minutos diarios,
disfrutar del buen tiempo y tomar el sol.Una de las claves para hacer frente a este cambio de estación y adaptarse de la mejor manera posible es seguir unas pautas básicos de alimentación, siguiendo un patrón de dieta mediterránea, con cinco comidas al día que incluyan platos más ligeros, sobre todo en el caso de la cena.
Las comidas copiosas contribuyen a aumentar el malestar y, por tanto, los síntomas de la astenia. Además, conviene incrementar la hidratación y practicar ejercicio.
La SEDCA ha elaborado un listado con los grupos de alimentos que no deben faltar en la dieta para hacer frente a la astenia primaveral:
Cereales de grano entero e Integrales: aportan más fibra lo que ayuda a evitar el estreñimiento, que puede dar más cansancio y malestar. Además, tienen más vitaminas, minerales y antioxidantes que en su versión blanca y refinada.
Verduras y hortalizas frescas de temporada: se aconseja aprovechar la temporada de apios, rábanos, nabos, buenos para la depuración del organismo y como antioxidantes. También las alcachofas, espinacas, espárragos trigueros y blancos.
Frutas frescas: destacan la fresa y los fresones, por su cantidad en vitamina C y antioxidantes, así como los melocotones y albaricoques, ricos en fibra, potasio vitamina C y carotenoides.
Legumbres: ayudan por su gran cantidad de fibra y minerales como magnesio, el selenio, zinc o el potasio que refuerzan el sistema inmunitario.
¿Y vosotros? ¿Soléis notar alguno de los síntomas aquí descritos como astenia primaveral? ¿O acaso tenéis más energía cuando llega el buen tiempo?
Estaré encantada de leer vuestros comentarios!