Pero fue sólo desde los años setenta, con el descubrimiento de sustancias de tipo hormonal denominadas prostaglandinas, que los científicos comenzaron a comprender el mecanismo de acción de la aspirina.
Ahora saben que la droga tiene el poder de impedir la agregación de las plaquetas.
Impide que éstas, los más pequeños elementos constituyentes de la sangre, se aglomeren o agreguen tornándose más pegajosas y aumentando su capacidad para formar coágulos y taponar las arterias. Recomiendo leer el articulo (alimentos que nos ayudan a combatir el cancer)
Ésa es una de las razones por las cuales los médicos creen que una dosis baja de aspirina puede ayudar a evitar los ataques cardíacos y los accidentes cerebrovasculares.
Una décima parte de una aspirina apenas 30 miligramos es suficiente para inhibir la agregación plaquetaria.
La aspirina actúa bloqueando la acción de una sustancia del tipo de la prostaglandina, conocida como tromboxano, que induce a las plaquetas a unirse entre sí.
Con este descubrimiento, fue poco lo que se necesitó para señalar la posibilidad de que otras plantas y alimentos actuaran de igual manera, a través del sistema de las prostaglandinas, para moderar la tendencia de las plaquetas a aglomerarse.