Estas alitas de pollo con soja y miel es una de las recetas que más les gusta a mis hijas. Y fáciles como para que ellas ya hayan aprendido a hacerlas y no necesiten de mí.
Los sabores orientales nos gustan mucho y por eso en casa no falta la salsa de soja, la sriracha (una salsa picante, picante), el jengibre fresco… y muchas salsas y especias con las que preparamos platos japos, chinos, hindúes, thailandeses, marroquíes… o simplemente experimentamos y le damos un toque distinto a nuestros platos.
Lo cierto es que soy “consumidora” de blogs y reconozco que voy tomando ideas de aquí y allá, y que a veces me equivoco, pero otras consigo sabores muy resultones, como el caso de estas alitas de pollo con curry y miel.
No suelo poner muchas recetas de este tipo por la temática de mi blog, pero creo que hoy en día, es raro el “cocinicas” que no haya usado la cantidad de salsas y especias que por suerte, encontramos en el mercado, así que no os extrañe que de vez en cuando las utilice para preparar alguna que otra receta.
Por lo pronto, os dejo estas alitas, porque es de los experimentos que más me han celebrado en casa y por tanto, sé que os van a gustar. ¿Os animáis?
Cómo hacer las alitas de pollo con soja y miel
Ingredientes:
Para macerar las alitas:
- 1 kg de alitas de pollo
- sal y pimienta
- 4 cucharadas de salsa de soja
Para la salsa:
- 2 cucharadas de miel
- 2 cucharadas de salsa de soja
- El zumo de un limón
- 1 cucharada de salsa Sriracha. Puedes sustituírla por guindilla en polvo o incluso pimentón picante.
- 2 dientes de ajo
- 1 cucharada de jengibre rallado (o en polvo)
- 4 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
- Sésamo negro y blanco
Preparación:
Salpimentamos las alitas y las untamos bien con la salsa de soja. Las dejamos macerar una media hora y las horneamos a 180º, 15 minutos por cada lado.
Majamos los dientes de ajo y los sofreímos en el aceite de oliva virgen extra, sin que lleguen a tomar color.
Añadimos el resto de ingredientes de la salsa: soja, sriracha o guindilla, zumo de limón, jengibre y miel. Dejamos que reduzca hasta que quede una salsa densa.
Pincelamos las alitas con la salsa, de manera que queden bien cubiertas, y volvemos a hornear, pero sólo 3 minutos, hasta que queden caramelizadas.
Cuando las tengamos emplatadas, las espolvoreamos con sésamo y las servimos con rodajas de limón y el resto de salsa que nos haya sobrado.