Tras las tres vueltas lanzadas detrás del coche de seguridad y la pertinente parada en el pit lane antes de relanzarse de nuevo la carrera con menos lluvia y agua en pista, el Ferrari del asturiano dijo basta por avería eléctrica.
Como pudimos ver en las imágenes, el monoplaza se quedaba completamente en silencio, con toda la parte eléctrica incluido el display del volante en negro y aunque intentó reiniciar el sistema, el fue imposible viéndose obligado a abandonar. Todo apunta a un cortocircuito.
Fernando Alonso declaraba tras la carrera que esto demostraba que había que hacer mejor todavía las cosas para evitar estos fallos de fiabilidad, y no dejar ningún cable suelto para poder sumar el máximo posible de puntos tanto para sus aspiraciones a ser tercero en el mundial como para Ferrari que, tras 80 carreras puntuando como equipo hoy no lo ha hecho y se pone cuesta arriba superar a Williams-Mercedes en la clasificación por equipos, 23 puntos por delante.