A pesar de la violencia del choque, Fernando pudo salir del coche sin ayuda y acudió al centro médico del circuito para realizar una serie de pruebas, donde los médicos dieron el visto bueno. Su coche no acabó tan bien, ya que tanto el chásis como la unidad de potencia resultaron severamente dañados, y los restos quedaron tan dispersos por el trazado que tuvo que aparecer una bandera roja para limpiar el desorden.
El español ha agradecido a dios, a la FIA por las normativas de seguridad, y a McLaren por haber diseñado un coche muy resistente.
“Doy gracias por estar vivo y que no haya pasado nada serio ya que ha sido un choque duro.
“Una combinación de factores han causado que Esteban (Gutiérrez) y yo acabemos chocándonos. Yo estaba en el coche volando y dando botes y podía ver el cielo, luego el suelo y después el cielo de nuevo. Luego, cuando el coche ha aterrizado, he visto un pequeño hueco y he salido rápido para que mi madre, que estaba viendo la carrera por la tele en casa, ¡viese que estaba bien!
“Ha sido un incidente de carrera y estoy muy contento de que ambos estemos bien, que es lo más importante.
“Pero poco después he sentido frustración y decepción porque hemos perdido una oportunidad para sumar puntos en la primera carrera de la temporada y probablemente hemos perdido una unidad de potencia también porque el coche está más o menos destrozado.
“Nos jugamos la vida cada vez que nos sentamos en un monoplaza de F1: estas cosas pueden pasar, pero estoy muy contento por estar bien. El motivo por el cual sigo vivo se debe probablemente al gran trabajo que ha realizado la FIA en los últimos 10 o 15 años para mejorar la seguridad, y es una labor en la que siguen trabajando. También estoy agradecido a la gente de McLaren, quienes me han construido un coche muy duro y seguro.”