Así me ha pasado con esta frase: “Tener un puño fuerte es la parte más insignificante de ser fuerte. Cambiar tu forma de pensar es el mayor de los cambios para lograr ser fuerte.”
Es lo que podéis leer en la foto que tenéis junto a estas palabras, capturado de la versión inglesa del scanlation.
Esa frase se la dedica una de las protagonistas principales (Yoon In Gyi, “la Reina”) al protagonista masculino de la serie Girls of the Wild’s, momentos antes de enfrentarse a su propia forma de ser y a su debilidad… De la misma manera que todos deberíamos enfrentarnos a ella.
Dándonos cuenta de que esa debilidad es, en muchos casos, algo que hemos escogido por no hacer nada al respecto… Y empezando a hacer algo.
Cuando hablamos de hacer algo, pueden venir a la mente toda suerte de cosas. De hecho, casi apostaría mi brazo derecho a que una cierta fracción de los que me lean ya estarían planificando métodos y estrategias para enfrentar su debilidad y demostrarse a sí mismos -y tratar de demostrarle al resto de paso- que no son débiles.
Capítulos más adelante, en la misma serie… Se puede ver un flashback del protagonista masculino (de nombre Song Jae Gu) con su padre, en el que éste le dice que para ser fuerte en la vida lo que importa es tener sueños y objetivos; y establecer los pasos para alcanzarlos… Además de algo en lo que creer y a lo que aferrarse.
Esta cuestión se enlaza perfectamente con la que la Reina, la chica antes mencionada le plantea al protagonista… Puesto que como bien le señalan ella y sus compañeras, él se ha dejado sobrepasar y ha admitido una debilidad que no es tal; al pensar que así sería más sencillo para él que todo terminara pasando.
Con ello solo consiguió ser maltratado durante años, sin oposición por su parte.
Se demuestra de hecho que él carece de la intención de golpear o herir a nadie. Y que además, lo que le ha ocurrido es porque nunca se ha enfrentado a la situación; sino que la ha dejado ocurrir, tratando de capear el temporal como buenamente podía.
Se dejaba humillar. Se dejaba golpear. No le importaba lo que le pasara a él, mientras los suyos no salieran perjudicados. Declaró haber abandonado su orgullo, aunque no supiera exactamente cuándo lo hizo. Decía que si era tan difícil que lo ignorasen, sencillamente.
Que no se metieran con él y le dejasen vivir en paz.
Declaró que si no fuera por tener familia a su cuidado, desearía estar muerto.
~o~
En sus propias palabras: “Yo, que fui diagnosticado de misoginia… ¿Cuándo he empezado a sentirme bien rodeado de mujeres, relacionarme con ellas y divertirme en su compañía?”.
Ese fue el comienzo notable de sus cambios, para mí.
El resto de sus cambios se van manifestando a lo largo de los capítulos sucesivos. Se enfrenta a su miedo de una forma bastante temeraria y curiosamente, deja de temer algo que, de repente, ya no considera para tanto… Gracias a todo el esfuerzo por el que pasa para afrontar la situación.
Lo demuestra de una forma muy graciosa a mi parecer… Al enfrentarse a uno de sus matones, le pregunta abiertamente que si siempre había sido tan pequeño (lo que a mi parecer indica que su propio miedo lo magnificaba, y también que él tendía a ir encogido por la vida tratando de no destacar para que no lo atacasen).
Y voy a parar de contar aquí, por si hay curiosidad por ver la serie.
No voy a decir que todos los casos sean similares, y que oponerse a la situación y enfrentarse a ella siempre sea una solución factible… Pero nadie es tan débil como para permitir que la vida se le trague sin hacer nada al respecto, si no es por decisión propia.
Hay ciertas situaciones en las que un enfrentamiento puede acabar bastante mal.
Hay ciertas situaciones en las que uno no puede ver alternativas.
Hay ciertas situaciones en las que se piensa carecer de lo necesario.
Se tiende a buscar una solución refugiándose en uno mismo, revolcándose en medio de esa miseria. A veces se trata de ensayar con soluciones aparentes. Se prueban montones de cosas, de las que sirven y de las que no valen ni para limpiarse el culo.
Algunas veces tienen resultado hasta sin servir realmente.
Algunas veces ni siquiera lo que sirve tiene resultado.
Hay gente que a esto añadiría el “tratar de ser algo que no eres pero desearías ser”… Parcialmente correcto, pero…
A lo que yo replico que depende del “algo” que quieres llegar a ser, porque no todos los “algos” merecen la pena ni te llevarán por buen camino. En lo particular, yo evitaría cualquier “algo” que requiera que me pierda el respeto a mí mismo y asuma que soy un frustrado, un incompetente, un bueno para nada, un “mierda”…
Y aquel “algo” que me plante en la cara a una persona que se institucionaliza contándome escenas de “su vida”, una vida errática y totalmente desenfrenada (lo que en mi pueblo se conoce como un tonto pelao), en la que uno puede ver abusos por todos lados…
Hacia su persona, y hacia las personas con las que trata.
Y ya puestos, también los “algos” en los que la persona que me dice esas cosas se cree mejor que yo mismo, se afirma mejor incluso basándose en lo anterior (llegando a convertir el sexo en una cuestión de “puntuaciones”) y en supuestos rasgos que dice poseer (los “demuestre” luego o no)…
Y pretende decirme que para ser alguien “exitoso” en la vida tengo que mentir, manipular y hacer lo que se me antoje tenga eso las consecuencias que tenga.
Ignorando, por supuesto, las consecuencias y las responsabilidades.
Todo aquello en lo que haga falta un poquito más de decoro y menos vulgaridad.
Un poquito más de esencia y menos de apariencia.
Que por cierto, dicho sea esto para los que me lean y tengan sus intereses en vender sus ideas, dar cursos o compartir sus opiniones y experiencias de cara al público; yo también sé venderme como buenamente quiera, con la diferencia de que a mí el que me conozca me va a ver tal como me he vendido, porque si me vendo lo hago tal como soy.
No me vendo “como me gustaría que me vieran”, ni “como podría traer más clientes”.
Ni tampoco “como podría leerme más gente”.
Y si le preguntas a los que han confiado en mí, te dirán que es precisamente por eso por lo que caminan junto a mí en vez de junto a otros. Porque saben a quién tienen al lado.
Saben quién soy y lo que pueden esperar o no de mí.
Y una vez ahí… La decisión es suya. Sabiendo lo que hay, solo te queda decidir cómo te sientes al respecto, y si lo aceptas y sigues adelante con ello, o bien todo lo contrario.
Con lo cual, y tal como le demuestran a Song Jae Gu a lo largo de la serie anterior…
La verdadera fuerza reside en el caracter y en la creencia, y si estas dos cuestiones se mantienen firmes y enteras; eres entonces una persona fuerte, incluso aunque tu fuerza física no sea destacable.
De ahí que cualquier persona que quiera debilitarte, ataque a esas dos cuestiones.
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Kheldar