Este artista de Girona establecido en Barcelona, es un artista multidisciplinar a pesar de que se interesó y especializó en la ilustración y utiliza el dibujo como base de sus trabajos a pesar de que sus obras son piezas fruto de procesos escultóricos y trabajados con materiales diversos.
Por un lado habitualmente explota esta faceta como ilustrador y colabora en la producción de story boards de cine, en algunas producciones importantes que ha participado ha sido en “Lo imposible” de J. Bayona o “Vicki Cristina Barcelona” de Woody Allen del mismo modo que en campañas publicitarias de grandes marcas comerciales.
En su otra vertiente artística ha trabajado con diferentes soportes movido por sus inquietudes e intereses así como con cierto carácter experimental.
De aquí que una de sus series titulada “El Casco: Alas a la imaginación” del 2006 esté hecha a partir de la reflexión y el uso de cascos de motos.
Además el artista considera que es uno objeto que cambia y transforma el individuo, puesto que un casco es lo más similar a una máscara o a un sombrero, aparte de tener una función de protección.
Así que el artista muestra este elemento con una personalidad propia y va más allá de este uso y función que tiene normalmente.
El resultado es una serie de cascos forrados con elementos variados, como latas de coca cola, conchas, y otros que incluso han visto alterados su forma original, como un casco con alas, un casco con una escoba en lo alto, otro con forma de teléfono e incluso un casco decorado cómo si fuera un casco papal, puesto que está hecho con colores dorados, incrustaciones de gemas y tiene estampado una gran cruz roja.
Más tarde, en 2009, nos sorprende con su serie “Craniums” un conjunto formado por 30 cráneos de toro tratados y manipulados con diferentes técnicas, 20 dibujos que conforman el soporte gráfico y donde se puede ver el proceso creativo, 2 esculturas de exterior y una lámpara también hecha con cráneos de toro.
Esta serie se puede entender como un conjunto total o se puede mirar individualmente cada pieza, puesto que son todas diferentes y a pesar de que, estéticamente no guardan relación las unas con las otras, juntas siguen el discurso que el artista defiende con el que quiere desvincular la idea de hueso y cráneo de los aspectos negativos con los cuales normalmente los vinculamos, además de un pequeño tributo al toro como animal, puesto que el artista considera que es un animal importante dentro de las culturas mediterráneas, como por ejemplo en la mitología griega y el mito del toro de Creta.
El artista, además, considera que dentro del proceso creativo, hay mucha influencia del trabajo anterior, “Cascos”, puesto que coge el cráneo como protección natural que todos traemos incorporados.
El resultado es esta serie de cráneos, todos con la misma forma, pero todos acabados con técnicas y materiales diferentes, algunos forrados con monedas, con discos de vinilos, con telas, con plumas, con cubiertos, otros pintados…
Una de las piezas que destaca especialmente se titulada “Sangre de toro” la cual el artista hizo junto con la colaboración de la empresa Swarovski, la cual facilitó más de 4.500 cristales Swarovski de color rojo y que el artista aplicó un por uno en el cráneo.
Comenta el artista que esta pieza es la que más trabajo y tiempo le llevó pero que es la pieza que para él mejor resume el discurso de la colección, puesto que a través de los colores, de la brillantez y de la superficie de los cristales dan más fuerza al dramatismo y a la idea de sangre, violencia, muerte pero a pesar de todo belleza también que Álvaro Soler quiere reflejar con esta serie.
El procedimiento para llevar a cabo estas piezas es complicado pero refleja todavía más la idea y la relación con el animal, porque hay que recordar que están hechos con cráneos de verdad, y por eso el artista, tal como explica en su página web, recorrió diferentes granjas y mataderos para conseguir los cráneos. En una entrevista explicaba que los primeros cráneos los limpiaba él hasta que contactó con un taxidermista.
Una veintena de estos cráneos se pudieron ver expuesto a la Galería Km 7 de Girona y actualmente se encuentran de manera permanente expuestos en el restaurante Tickets de Barcelona, conocido pora ser de los hermanos Albert y Ferran Adrià.
Y de los últimos trabajos que conocemos que está en proceso de creación es “Evolución Tóxica”, y siguiendo un poco la línea de trabajo que llevó a cabo con los cráneos de toro, presenta también una naturaleza agredida y transformada por los efectos del hombre como la contaminación.
Álvaro Soler lo consigue través de esculturas donde presenta un tipo de animales mutados, tullidos, deformados pero que transmiten movimiento, energía y vida. Ya no sólo trabaja a partir de los cráneos sino con partes de todo el cuerpo de los animales.
En su página web, aparte de algunas imágenes de estas esculturas, se puede ver un vídeo, hay que avisar que puede herir la sensibilidad, puesto que se puede ver el proceso total de creación, así que estamos hablando desde el momento en que recoge cadáveres de animales en estado de putrefacción, a cómo lo hierve en unas ollas enormes para dejar el hueso limpio sin piel ni carne, hasta la creación de las estructuras metálicas a partir de donde va creando estos nuevos seres a partir de partes de varios animales, el artista juega a ser un dr. Frankestein para proponer una variación de cómo podría ser una posible futura fauna afectada por la intervención agresiva del hombre en el medio.
Así vemos como llega a crear una cabeza de cabra con patas de cangrejo, o una escultura de medidas más grande que se puede describir como el esqueleto de un ser con tres largas cabezas, o un esqueleto con tres patas, dos cabezas y si nos fijamos en la zona que queda vacía dentro de las costillas está lleno de basura creada por el hombre como latas, bolsas, plásticos…
O “Fauno”, una mezcla de patas de vaca y avestruz, columna vertebral de caballo y cabeza de Ñu.
Como el tema de los animales es un poco delicado, se tiene que explicar que durante sus procesos creativos y de trabajo no se hace daño, ni mucho menos se mata ningún animal, sino que trabaja siempre a partir de animales que ya están muertos.
Además a partir de este proyecto de esculturas está surgiendo una película documental sobre la carrera de este artista dirigida por Paolo Scarpa y es donde se pueden ver algunas de las imágenes del proceso de creación de estas piezas y narrado en primera persona por el mismo artista.
Así pues, Álvaro Soler trabaja a partir de la modificación de objetos, desde la serie de los cascos, hasta la última a partir de huesos animales, donde precisamente tanto en la serie de los toros como en la de evolución tóxica, a pesar de trabajar a partir de estos mismos materiales, los resultados son totalmente diferentes tanto en el ámbito estético como nivel simbólico.
Página web del artista: http://www.solerarpa.com/