Alzheimer, esquizofrenia o TEPT: una nueva esperanza
Por Míriam Lihi
La modificación de una enzima puede mejorar las capacidades cognitivas en los ratones de laboratorio
Un estudio científico realizado en ratones de laboratorio ha mostrado cómo se puede mejorar la capacidad cognitiva haciendo una modificación en la actividad de una enzima que tenemos en muchos de los órganos de nuestro cuerpo. Se trata de la enzima fosfodiesterasa-4B (PDE4B).
Con este estudio se ha comprobado que pueden mejorarse mucho las capacidades de aprendizaje y de memoria y podría servir de base para la investigación de nuevos tratamientos para el deterioro cognitivo relacionado con la edad y así poder tratar enfermedades como la esquizofrenia o el Alzheimer, entre otras.
Tras haber hecho distintas pruebas con los ratones vieron que aquellos a los que se les había modificado la enzima respondían mucho mejor a las pruebas, es decir, aprendían mucho más rápido lo que tenían que hacer, resolvían los ejercicios que se les planteaba mucho antes que los otros ratones y se acordaban de todo.
Por ejemplo, una de las pruebas era un espacio del que tenían que salir. Se les indicaba cómo tenían que hacerlo guiándolos y luego se les dejaba hacer el recorrido sólos. Los ratones normales se perdían o tardaban más en hacer el circuito y los que tenían la enzima modificada lo superaban en menor tiempo y mucho más directo. Y algo sorprendente es que estos ratones a pesar de tener más memoria recordaban menos los momentos malos.
Eso sí, hay que decir que aún son experimentos hechos solo en animales y no en humanos así que aún queda mucho camino por recorrer. Aún así, es una esperanza porque los humanos también presentamos esta enzima.
A parte de las enfermedades cognitivas sería un gran hallazgo para tratamientos de trastorno de estrés postraumático (TEPT) porque se reduce el recuerdo de situaciones de miedo y se reduce la ansiedad al modificar la PDE4B. Eso lo deducen por los análisis y porque los ratones modificados estaban mucho más rato en espacios abiertos que los otros. Es decir, que no tenían miedo, no se escondían en la oscuridad. Es más, los ratones acostumbran a ser huidizos, sobretodo de otros seres vivos, y estos no se asustaban.
La verdad es que esto puede ser algo bueno pero no para los ratones. Ellos necesitan este temor para alejarse y defenderse de los depredadores. Pero es algo en lo que se debe trabajar sobre todo para el ámbito de la psicología.
El Dr. Steve Clapcote, profesor de Farmacología en la Universidad de Ciencias Biomédicas de Leeds, dijo: “los impedimentos cognitivos están insuficientemente tratados, así que estoy emocionado de que nuestro trabajo con ratones haya podido identificar la fosfodiesterasa-4B como un objetivo prometedor para nuevos tratamientos potenciales”. Los investigadores ahora están trabajando en el desarrollo de fármacos que inhiban específicamente la PDE4B. Y se espera que en breve puedan hacerse más ensayos para así pasar a los ensayos clínicos en humanos.
“En la actualidad existe una falta de tratamientos efectivos para la demencia y la comprensión del efecto de los genes puede ser un primer paso clave en el camino hacia el desarrollo de nuevos fármacos. Con tantas personas afectadas por la demencia, es importante que exista la investigación en una amplia gama de enfoques de tratamiento para tener la mejor oportunidad de ayudar a la gente antes“.